La estación opera mediante un sistema de rebombeo que integra 98 paneles, diseñados para adaptarse a las complejidades topográficas del lugar. Esta solución técnica permite superar desniveles y asegurar la presión necesaria para que el agua fluya con eficiencia desde las fuentes hasta los puntos de consumo.
Más allá de la ingeniería, distinguió a esta obra la participación activa de la comunidad en su construcción. Vecinos, jóvenes, trabajadores y brigadas locales se sumaron con entusiasmo a las labores de obra civil, aportando fuerza, conocimiento y compromiso.
La cimentación, el traslado de materiales, la adecuación del terreno y el montaje de estructuras fueron realizados en buena parte por manos del propio asentamiento, un esfuerzo colectivo que no solo mejora la calidad de vida de sus habitantes, sino que se inscribe en los esfuerzos del país por transformar su matriz energética en los servicios vitales que ofrece a la población, apostando por soluciones sostenibles, descentralizadas y comunitarias.