En los últimos tiempos, un término ha tenido permanente presencia en las redes sociales y otros medios de comunicación: la Guerra Cognitiva, como la denominan unos o como la Guerra de Cuarta Generación (relativa al conocimiento), como la clasifican otros. De cualquier modo, un arma silenciosa y destructiva, contra la que hay que estar preparados.
En un artículo dado a conocer en Cubadebate, se profundiza con sapiencia: “Toda guerra es una disputa por el sentido. Pero en la Guerra Cognitiva, el sentido mismo es convertido en arma.
Se ataca la capacidad de una sociedad para interpretar su realidad, para emanciparse en su historia, para pensar desde su propia experiencia. Contra Cuba se ha diseñado una maquinaria de des-somatización, cuyo objetivo no es destruir físicamente, sino vaciar semánticamente los signos de la Revolución, hacer que la “soberanía” signifique aislamiento, que el “socialismo” signifique atraso, que “Revolución” signifique dictadura”.
Es decir, se trata de eliminar las ideas de la Revolución y el Socialismo, no atentando según ellos, contra personas, sino lo que piensan y hacen las personas que han elegido una forma soberana de pensamiento y acción, diferente a los capitalistas, para vivir.
“Esta es una maquinaria, explican especialistas, que busca disolver emociones, desactivar la memoria histórica, introducir frustraciones y culpar al Socialismo de los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense contra Cuba”, que por más de seis décadas ha afectado al país con más de un billón de dólares, en cuentas corrientes.
Todos estos objetivos tratan de lograrlo mediante la creación e instrumentación de vías, métodos y medidas propicias y oportunistas. En el caso de Cuba, por ejemplo, los Estados Unidos ha emprendido una persecución implacable contra los actores del sector financiero que operen con la isla, y contra los proveedores de combustibles, alimentos, materias primas, piezas y agregados, y otros muchos recursos necesarios para la vida.
La respuesta de nuestro pueblo es estar alertas, unidos y preparados, igual que siempre, para enfrentar esta nueva guerra que se nos hace.