La historia cuenta que con el propósito de afectar políticamente a este país, cumpliendo indicaciones de la CIA, la contrarrevolución interna y externa, hicieron circular una falsa ley , en la que el Gobierno aparecía quitándole la patria potestad a los padres sobre sus hijos, la que sería ejercida por el Estado cubano, y otras increíbles mentiras como que los iban a sacrificar y enlatar en Rusia, cosa que fue creída por muchos padres, dando inicio con ello a lo que la propia CIA denominó Operación “Peter Pan”.
El Departamento de Estado norteamericano usó a la iglesia católica como enlace de los vuelos La Habana-Miami, además de sus representantes, por medio de los cuales miles de niños de aquí fueron llegando a esa ciudad, a partir del dïa 26 de diciembre de ese año, recibidos por el sacerdote de origen irlandés Bryan O Walsh, ubicando a los pequeños, la mayoría de los cuales no llegaba a los 12 años de edad, en campamentos, hogares de adopción, orfelinatos y reformatorios.
La experiencia vivida por ellos es realmente conmovedora, teniendo que acceder a esa tierna edad, a maltratos de todo tipo, incluyendo los del trabajo semiesclavo y abusos sexuales.
Casi a los 50 años de esos hechos, un grupo de aquellos niños visitó a Cuba, algunos fueron a sus antiguos hogares, donde fueron entrevistados por la destacada periodista Estela Bravo, los cuales, con el corazón sobrecogido, contaron las barbaridades a que fueron expuestos, sin tener en cuenta que estaban solos, en un país desconocido, y generalmente en un ambiente completamente adverso.
Los odiadores anticubanos siempre han pretendido desvirtuar estas conmovedoras historias, pero la vida ha demostrado que entonces, como ahora, Estados Unidos no ha cesado de imponerle a la isla leyes y medidas punitivas, con el fin de derrocar una revolución, cuyo pueblo patriótico y luchador, sigue al lado de su patria y su bandera.