Aunque el 2022 fue un año duro, cargado de dificultades, y escaseces, contra viento y marea llegamos hasta aquí. Todos dimos lo mejor de sí para continuar el camino trazado en estos 365 días, a veces sin tener idea del sudor y esfuerzo realizado, de las horas de desvelo, de la angustia por el dolor de otros sentido como nuestro; pero la realidad es que seguimos aquí, con la fe puesta en que el 2023 será mejor.
Nuestros enemigos pusieron todo su empeño para que la Revolución se viniera abajo, pero fallaron una vez más, por lo que me atrevo a parafrasear al presidente Díaz-Canel, cuando dijo, “nos tiraron a matar, pero estamos aquí…”.
Es cierto que hemos sufrido carencias de todo tipo, pero nadie ha quedado desamparado, lo poco que tenemos se ha tratado de repartir equitativamente entre todos, y a pesar de la crisis no se han detenido los planes de desarrollo en diferentes esferas de la vida, científicos, constructivos, educativos, entre otros.
En el 2023, que ya toca las puertas debemos proponernos hacer las cosas mejor, unirnos aún más para seguir labrando este camino con ideas revolucionarias.
Los santiagueros tenemos motivos de sobra para recibir con júbilo el año nuevo que llega cargado de celebraciones de fechas históricas; entonces recibámoslo con la alegría que nos caracteriza y con la seguridad de que vendrán mejores tiempos.