El pasado 6 de abril, se cumplieron 92 años del natalicio de Celeste en el popular barrio santiaguero de Los Hoyos, y cuando falleció a los 68 años, en La Habana el 22 de noviembre de 1998, hacía mucho tiempo era la monarca del guaguancó, aunque otros géneros musicales, entre estos el bolero, no le eran ajenos.
La musicóloga Yamilka Cabrera califica a Celeste como “ ícono de nuestra cultura, tan versátil como auténtica…”, y agrega que “fue una de las mujeres memorables de su época… ejemplo de fuerza, perseverancia y mucho talento... y pionera en la interpretación femenina de la rumba, en momentos en que este género era solo cantado por hombres”.
A propósito del bolero, ha quedado fehacientemente establecido su nacimiento formal en Santiago de Cuba en 1883, con el tema Tristezas, de la mano del sastre y trovador José “Pepe” Sánchez. Y ya robustecido en todo el país como género musical, cruza el Golfo de México, llega en 1909 o 1910 a Mérida, Yucatán, localidad que lo asume firmemente, y hoy es admirable el arraigo, la promoción y la difusión que mantiene en todo el territorio azteca.
La apertura del Festival, el 23 de junio, será con una gala a la Mendoza, en la Plaza de Marte; el sábado 25, la jornada estará dedicada a la música del inolvidable Armando Manzanero.
Desde la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Santiago de Cuba, su presidente Rodulfo Vaillant García dijo que se mantendrá la misma estructura de ediciones anteriores, fundamentalmente, con el espacio Bolero en el Barrio, en coordinación con la dirección provincial de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
Solistas boleristas y agrupaciones musicales de esta ciudad, junto a invitados de otras zonas del país, integrarán los elencos que durante cuatro días de junio enaltecerán el género más romántico del pentagrama cubano e internacional.