Santiago de Cuba,

El derecho del deber

05 August 2024 Escrito por 
Tomada de Internet

A mi entender, los principales problemas que afronta la nación cubana tienen su génesis en el incumplimiento de los deberes, sea en lo económico, lo social e incluso en las relaciones sociales e interpersonales.

Algunas condiciones sine qua non para que exista prosperidad son las del respeto entre las personas y de estas hacia las instituciones y viceversa, la de superarse y la de trabajar -sin vulnerar horarios, calidad y aprovechamiento de la jornada laboral.

Tendemos, con mucha frecuencia, a exigir que se respeten nuestros derechos, los defendemos a ultranza. Hay quienes hasta exigen beneficios sin aportar absolutamente nada y que se acogen al criterio de que “me lo merezco”.

Primero cumplan deberes y luego reclamen derechos era una constante advertencia que mi madre nos hacía. No pocos ofenden, hablan en tono inadecuado, hurtan, usurpan y dañan la propiedad social; incluso algunos cubanos llegaron a pedir una intervención extranjera en los momentos más crudos de la pandemia de la covid-19, ultrajando el principio constitucional de que “la defensa de la Patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano” (Artículo 4).

Nuestra Carta Magna reconoce en su artículo 40 que “la dignidad humana es el valor supremo que sustenta el reconocimiento y ejercicio de los derechos y deberes consagrados en la Constitución, los tratados y las leyes”, y la dignidad plena del hombre -encomiable aspiración martiana-, se sustenta en el disfrute de los derechos humanos y el estricto cumplimiento de los deberes cívicos.

En ese sentido, “el ejercicio de los derechos de las personas solo está limitado por los derechos de los demás, la seguridad colectiva, el bienestar general, el respeto al orden público, a la Constitución y a las leyes”.

La clara alusión al respeto del derecho del otro, es una necesidad para la convivencia en sociedad y en su célula fundamental: las familias. Aunque es vasto el articulado que la Ley de leyes dedica a los derechos, sí deja bien claro -y no sujeto a interpretaciones personales, un listado de deberes que, de ser cumplidos, nos harán prosperar: “Las madres y los padres tienen responsabilidades y funciones esenciales en la educación y formación integral de las nuevas generaciones en los valores morales, éticos y cívicos, en correspondencia con la vida en nuestra sociedad socialista.

“Las madres y los padres u otros parientes consanguíneos o afines que cumplan funciones de guarda y cuidado tienen el deber de dar alimentos a niñas, niños y adolescentes, respetar y garantizar el pleno ejercicio de sus derechos, protegerlos de todos los tipos de violencia y contribuir activamente al desarrollo pleno de su personalidad.

“Los hijos, a su vez, están obligados a respetar, atender y proteger a sus madres, padres y otros parientes”.

Ciertamente el ejercicio de los derechos y libertades previstos en la Ley implican responsabilidades. A todos, sin excepción, nos corresponde: “servir y defender la Patria; cumplir la Constitución y demás normas jurídicas; respetar y proteger los símbolos patrios; contribuir a la financiación de los gastos públicos en la forma establecida por la ley; guardar el debido respeto a las autoridades y sus agentes; prestar servicio militar y social de acuerdo con la ley”.

Por ende, resulta imprescindible “respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios; conservar, proteger y usar racionalmente los bienes y recursos que el Estado y la sociedad ponen al servicio de todo el pueblo; cumplir los requerimientos establecidos para la protección de la salud y la higiene ambiental; cuidar los recursos naturales, la flora y la fauna y velar por la conservación de un medio ambiente sano; proteger el patrimonio cultural e histórico del país, y actuar, en sus relaciones con las personas, conforme al principio de solidaridad humana, respeto y observancia de las normas de convivencia social”.

El Líder de la Revolución, General de Ejército Raúl Castro Ruz, aseveró en 2008 que la clave para vencer es que nos dediquemos “con modestia y sin fanfarria al cumplimiento diario y estricto del deber”.

Los padres proveyendo y educando a sus hijos, los trabajadores haciendo lo que les toca en cada contexto; a los órganos, organismos y funcionarios públicos desempeñarse en consecuencia con la confianza depositada por el pueblo. El binomio derechos-deberes conquistados a fuerza de sangre, ha de coexistir de manera beneficiosa para Cuba y los cubanos.

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Luis Alberto Portuondo Ortega

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