¿Has probado ver la Ciudad Héroe desde el Sur?
Imagino por qué Santiago de Cuba siempre fue un atractivo para los navegantes y exploradores europeos hace casi cinco siglos. El propio Cristóbal Colón estuvo por estos lares en su segundo viaje y quedó sorprendido ante lo que después se convirtió en una de las tres primeras villas del Oriente cubano.
Por aquí estuvieron corsarios y piratas, exploradores, misioneros, enviados especiales de la Corte española, filibusteros, hombres de bien y de mal, sanitarios, curas, escritores y cronistas, pero la mayoría continuó la travesía hacia el Occidente, Centro o Suramérica.
Pocas no fueron las inmigraciones de negros esclavos, gallegos, chinos, isleños y aborígenes del sur. En fin, Santiago de Cuba tuvo en poco tiempo una convergencia de culturas, que si bien impactaron la tradición y el lenguaje, en la arquitectura también apareció una típica forma de hacer e identificar las nacientes calles, caminos y callejones hasta la expansión de la ciudad metropolitana, donde se multiplican aún los estilos constructivos, los materiales y perspectivas de un entorno caluroso en extremo, húmedo en temporadas y de relieve muy accidentado.
Santiago de Cuba tiene en el Sur, la porción más ancha de la Isla, un nexo en el Caribe, cual capital conformó un triangulo vital para la navegación por rutas oceánicas que permitieron la comunicación con Tierra firme. Primero facilitó la conexión con la cultura araucana en el poblamiento del aro antillano y, también con la subtaína y taínos (según los niveles neolíticos), en el alcance de la mayor densidad demográfica donde se mezclaron los siboneyes.
Ya en su primer viaje de 1492, Cristóbal Colón dio con el puerto de Bariay (Holguín) y años más tarde, en 1511, desde La Española salió Diego Velásquez a conquistar y colonizar – con la espada y con la cruz – la vecina Fernandina (Cuba) .
Colón fundó la primera villa, la Asunción de Baracoa, después San Salvador de Bayamo. Creó otras tres en el Centro y Occidente del territorio insular y de regreso, erigió Santiago como la séptima en 1515 la cual quedó designada capital de la Isla, por su proximidad al virreinato de La Española y una bahía protegida con la fortaleza conocida como El Castillo de El Morro, San Pedro de la Roca.
La colonización más tarde del continente americano y los inicios de la explotación minera el oro y la plata trajeron el despoblamiento a la región oriental, por traslado de los intereses metropolitanos hacia el Occidente de la Isla de Cuba, luego de organizado el régimen de Flotas y Galeones, a pesar de eso, el Oriente cubano no colapsó, porque la escasa población organizó una austera vida de hatos y corrales dedicados al ganado mayor y menor y practicó el comercio ilícito a través del río Cauto y de la bahía de Manzanillo, al fondo del Golfo de Guacanayabo.
Por Real Cédula en octubre de 1607, la corona creó el Departamento Oriental, dependiente del occidente y se designa La Habana capital. De esta forma Santiago de Cuba sería la capital de este Departamento, con un gobernador departamental y tenientes de gobernadores en las otras dos.
Muy temprano existió el llamado “camino de la Isla” que unía la capital departamental con Bayamo y continuaba hasta La Habana. Aún existen huellas de dicho paso fronterizo, en los predios del actual cementerio de Santa Ifigenia, rumbo hacia lo que hoy se nombra la Barca de Oro.
Así quedó por solucionar un serio problema, la defensa de los núcleos urbanos, cómo sería la ciudad, sus trazados, el puerto principal, la placita del mercado, a dónde se construiría la Catedral, la sede del Gobierno y las instituciones claves para garantizar el control de la Villa codiciada por la Corte Española.
Estas y otras preguntas, tuvieron respuestas difíciles, salomónicas en algunos casos, terribles en otros, pero conformaron en el tiempo, el espacio de una arquitectura criolla, con fuertes incursiones en los estilos europeos.
Permítanme una parada aquí, para tomar agua fría, un buen prú (bebida típica oriental*) y tras profundas bocanadas de aire caribeño, continuar en el tránsito por “mi Santiago”, de Cuba compay.
*El Prú surgió en Santiago de Cuba, desde las guerras por la independencia en el siglo XIX, es codiciado por su sabor, poder medicinal y refrescante. Se hace a partir de hierbas de calentura, de pimientas, el palo de jaboncillo, azúcar, entre otros ingredientes.