La impronta del General de Cuerpo de Ejército está en su natal Camajuaní (Villa Clara), en el Escambray, en las tierras africanas donde combatió como internacionalista –sobresaliendo en la épica batalla de Cabinda-; también en el Ejército Oriental del cual fue su Jefe y, por supuesto, en Santiago de Cuba, ciudad que, al igual que él, ostenta el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba.
Fue miembro del Comité Central del Partido, de su Buró Político y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y se le confiaron numerosas tareas que cumplió cabalmente, como se rememoró en cierto trabajo periodístico: “sudado, zancajeando los caminos y las obras ingenieras de montaña en todo Oriente (…), afianzando terreno en la emblemática gran unidad ubicada en Baraguá, infundiendo ánimo y lecciones con su presencia entre pilotos y antiaéreos, o en la Brigada de la Frontera, frente con frente a los marines yanquis
(…) poniendo helicópteros al servicio del rescate y salvamento de vidas humanas durante los violentos ciclones tropicales o en situación de intensas lluvias”.
El Viceministro primero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias estuvo en nuestro Santiago en múltiples ocasiones. En momentos de celebración y también en los más difíciles acompañó al pueblo e indicó acciones para superar adversidades. Su legado le sobrevive, al tiempo que convida a continuar nuestra obra más hermosa: la de la Revolución de Fidel, de Raúl y de todos los cubanos.