Santiago de Cuba,

Ante la ausencia física del Fidel, se imponen la acción y continuidad revolucionarias

25 November 2024 Escrito por  Yulia González, Teleturquino

«Fidel en nosotros» no es simplemente una consigna que se repite sin profundizar en su significado. Para que este ideal se haga realidad, cada revolucionario, cada patriota, debe interiorizarlo y asegurarse de que, frente a circunstancias adversas y aparentemente insolubles, en lugar de culpar a otros, debería abrazar el concepto de «yo soy Fidel».

Sin embargo, no todos comparten ese punto de vista. Durante un debate informal entre un grupo de vecinos, la mayoría expresó su conformidad con el actual presidente, pero “si Fidel estuviera vivo, la situación sería distinta”. La idea fue consensuada, mas sería lamentable que toda la sociedad cubana se alineara de forma uniforme en esa perspectiva, porque sería como restarle la certeza a la continuidad y no estimular a las nuevas generaciones de que “sí se puede”.

Es innegable que Fidel fue único por sus métodos, sus cualidades proféticas y por el largo tiempo que nos acompañó físicamente, asunto que también fue objeto de reflexión por parte de los miembros de la delegación de periodistas jubilados de Santiago de Cuba, quienes se pronunciaron por desmitificar al líder y contribuir al debate en torno al ser humano que siempre estuvo detrás de la figura icónica. Fue el propio Fidel el que siempre tuvo muy claro que «la revolución es una obra colectiva» y que los jóvenes tienen la responsabilidad de “mantener su legado para que no sea reversible”.

El liderazgo de Fidel nunca estuvo marcado por el individualismo, sino por la colectividad. Vivimos en tiempos y circunstancias distintas, lo que requiere de métodos diferentes sin que ello implique adoptar la idea de «borrón y cuenta nueva». El pensamiento de Fidel seguirá guiando a las nuevas generaciones de líderes, instándoles a la continuidad y a asumir la responsabilidad que les toca sin fallar a la revolución “de todos y para el bien de todos”.

Fidel no fue un ser humano perfecto; solo fue una figura que iluminó el camino hacia el futuro. Desde el 1 de enero de 1959, adelantó que la Revolución no sería fácil ni estaría exenta de peligros; advirtió que el imperialismo del norte despreciaba a Cuba, y que la lucha sería larga y continua, por eso llamó al pueblo a que, si fuera necesario en momentos extremos, cada cubano asumiera ese principio de la doctrina de la guerra de todo el pueblo: «yo soy el comandante en jefe», buscando siempre las soluciones más sensatas para enfrentar los desafíos.

Ocho años han pasado desde la partida física de Fidel, pero su legado sigue vivo porque su ejemplo, su intransigencia revolucionaria, su antimperialismo, su amor por la libertad y la soberanía de Cuba, continúan inspirándonos. Invocar a Fidel en tiempos difíciles es un reconocimiento implícito de que su liderazgo perdurará en las generaciones presentes y futuras de cubanos revolucionarios.

  • Compartir:

Escribir un Comentario

We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree