Santiago de Cuba,

El profe Eduardo: el amigo, el padre

26 November 2024 Escrito por  Mayte García Tintoré

Cuando mi hijo decidió ser ciclista, después de haberse motivado por otros deportes, pero sin definición por ninguno, una incertidumbre me rondó. ¡Ciclista!, si ni bicicleta tenía, y mucho menos conocimiento y práctica.

Tony, un amigo de los años, ante mi preocupación me dijo con firmeza, ‘si tu hijo quiere ese deporte, busca a Eduardo, ese es el hombre que puede sacarlo adelante’.
Y así le conocí, en la barriada de Rius Rivera #62 ½ hace ya más de dos años, y aunque pudiera parecer muy poco tiempo, ha sido suficiente para afirmar que este profesor de la Eide, tiene en su vida una gran pasión: el ciclismo.

Eduardo Román Gutierrez Fornoza, Licenciado en Cultura Física desde el 2009, lleva la modestia pintada en el rostro, sabe que es el alma de este deporte en Santiago de Cuba, aunque no precisa de reconocimiento ni homenajes, con solo verse rodeado de sus alumnos ya se siente feliz.

“El ciclismo lo practiqué, pero en verdad no logré como atleta de la Eide lo que he alcanzado como entrenador. En 2002 empecé como mecánico, y para entonces el comisionado que era Rafael Arrate, quien siempre será como un padre, puso todo su empeño en que me convirtiera en un entrenador. Desde entonces mi vida cambió, ya no hay nada más importante que formar a las futuras generaciones de ciclistas.

¿Cómo es Eduardo el profesor?

“Soy muy exigente, pero a la vez muy comprensivo; no me gusta que los muchachos falten al entrenamiento, hay que ser sistemático, algunos creen que lo que dejan de hacer hoy lo pueden recuperar mañana, y no es así. A menos que sea un problema de enfermedad lo que los limite -pues las enfermedades no se compran-, pero no permito ausencias, pues cuando se pierde la forma deportiva no se recobra tan fácil.

“Cumplir, llegar temprano, ser respetuosos, fomentar el compañerismo, eso trato de inculcarles; sé que transitan por edades complejas, y a esta generación le ha tocado vivir momentos muy duros, los enseño a compartir, ayudar al otro, porque, cuando tienes una ruta de cuatro muchachos y solo tres con termos, es el más aventajado, el más fuerte, quien debe salirse, llegar al carro, buscar el agua, llevarla a su compañero y volver a la ruta. Si tenemos un pan lo picamos en cuatro, mi objetivo es que seamos una gran familia.

“Siempre les digo que cuiden su salud, para que puedan lograr lo que todo atleta quiere: resultados.

“Ellos saben que no tengo casa, la mía es una ampliación de la escuela; no hay horario de sueño si me necesitan, en verdad mi hogar es la casa de los muchachos, y eso me satisface”.

¿Qué representa una medalla?

“Lograr una medalla te hace experimentar una satisfacción inmensa, te das cuenta que el sacrificio no es en vano. He tenido la suerte de que me seleccionen muchachos para el equipo nacional, de que obtengan medallas; en Venezuela, donde cumplí misión internacionalista por tres años, logré como entrenador de ciclismo preseas de oro, plata y bronce.

“Cuando llevas a un atleta a planos superiores, se siente una emoción y un orgullo por haberlo hecho lo mejor posible. En los pasados Juegos Escolares, fuimos con cinco muchachos y ocupamos el 8vo lugar con una medalla de bronce, un lugar meritorio teniendo en cuenta la difícil situación que tiene este deporte, donde no se cuenta con una técnica de calidad; es una realidad que no depende de la voluntad de los entrenadores; por eso apelamos a la ayuda de la familia, que son un puntal para consolidar el entrenamiento de nuestros atletas”.

Ciclistas comparten la escuela de Remos

“Tuvimos que trasladarnos a la escuela de Remos en Ciudamar, pues tiene mejores condiciones en sus calles; la carretera de la Eide a la autopista está muy deteriorada, casi 5 kilómetros en muy mal estado, y así no podíamos seguir entrenado, decidimos movernos para esta otra instalación, donde han acogido a nuestros muchachos muy bien, su director el profe Abel Rodríguez siempre está presto”.

El bloqueo afecta y mucho

“La escasez de recursos nos limita como deporte y mucho. Los precios internacionales de este tipo de bicicletas rondan los 10 mil euros, sin hablar las de alta gama; aquí en Cuba se adquieren a precios exorbitantes, 500 USD como mínimo en el mercado informal; es un deporte donde se siente con crudeza las afectaciones del bloqueo, que nos impide dotarnos de equipos, partes y piezas para potenciar esta especialidad. Cada día son menos los recursos”.

Combinación perfecta

“Somos un trío de profesores de la Eide los que atendemos esta especialidad; en prestación de servicios está el profe Adrián Janjua y Antonio Delgado, que es el entrenador oficial, ahora cumple misión en Barbados.

“Los muchachos entran a la Eide en 8vo grado con 14 y 15 años, también tenemos la categoría juvenil con los de 16; y en las áreas deportivas se forma la cantera de la que nos nutrimos, allí se trabaja con 6to y 7mo grados, con la categoría pioneril, estudiantes de 11 y 12 años. Los profesores de Combinados nos apoyan mucho, les enseñan habilidades, destrezas, a pararse en biela, montar un rodillo. Ya con nosotros desarrollan la capacidad de trabajo, la resistencia y velocidad; así formamos a nuestro atletas.

“Esto es un trabajo en equipo, el entrenador pone, el atleta pone, la familia pone también su granito, el sacrificio no pesa”.

El sueño No logrado

“Uno de mis sueños por lograr es que Santiago de Cuba pueda tener una pista de Montalbike, la pretendíamos frente al Parque de los Sueños, pero fue imposible, luego se manejó la idea de hacerla en la parte de atrás, y no se ha materializado; no me canso de pedir ayuda, pues es indispensable para un entrenamiento de montaña, los atletas no pueden aprender a ir en descenso, es una habilidad que si no se practica no la pueden lograr. No es lo mismo bajar una loma que tirarse de un peñasco, es muy peligroso, con bajar escaleras o subirlas no se resuelve ese entrenamiento; por eso es tan necesario esa pista. Seguimos tocando puertas y corazones que se sensibilicen con nuestro deporte”.

El orgullo de Eduardo

“Haberme convertido en entrenador creo que es lo mejor que me pudo pasar, no hay comparación, también me enorgullezco de mis cinco hijas -ahora la más pequeña motivada por el ciclismo-, y de esa familia que me acompaña en todas mis locuras.

“Cuando recibes a esos muchachos, los ves entrar, desarrollarse y luego hacerse grandes; cuando pasan los años y sientes que has formado generaciones tras generaciones, que has logrado sacar de ellos lo mejor, el extra, puedes estar en paz, tu trabajo dejó huellas.

“Pero ninguna obra se hace en solitario, por eso quiero agradecer a todas las personas que me han ayudado por años a empujar esta especialidad que es mi vida, no quiero nombrar por temor a olvidar, pero tampoco dejar de mencionar a Edgar, del Gobierno, pendiente a cada competencia y Félix, nuestro comisionado del deporte en el Inder, que desde hace dos años nos acompaña. A todos los que desinteresadamente aportan al ciclismo en Santiago de Cuba, les agradezco siempre”.

Sin duda ha sido un privilegio haberle conocido, y quizás usted no me lo crea, pero en su hogar, todo lo que le rodea está matizado por rayos, tuercas, cámaras, bielas, cascos, timones… al punto que a veces no sabes si estás en una casa o un taller.

Sus muchachos no le dejan dormir ni los domingos, le sacan de la cama porque se ponchó una goma, se partió un eje, se chivó un pedal; son más puntuales que los gallos si de ir a los entrenamientos se trata, porque allí los recibe su entrenador, el profe Eduardo, el amigo, quien con la misma mano dura que regaña cuando las cosas no se hacen bien, también abraza cuando ese adolescente necesita de un padre.

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