Santiago de Cuba,

Solo el Amor engendra maravillas

14 March 2025 Escrito por  Mayte García Tintoré

Una vecina nombrada Marlenes, que por años se ha
dedicado a llevar a los niños de la comunidad al
seminternado Simón Bolívar, con el consentimiento de los padres que saben de su responsabilidad y devoción por los pequeños, me había comentado del trabajo en equipo que se aprecia en este centro educacional santiaguero, ubicado en Clarín entre Heredia y Aguilera.

Han sido muchas las historia de matutinos especiales, de actividades conmemorativas, de celebraciones de fechas históricas; también he conocido del rigor y la exigencia de directivos y profesores, de la vinculación del centro con la comunidad, de las estrechas relaciones entre padres y maestros, y de la profesionalidad de su director, quien se vuelve un todoterreno para que -a pesar de las limitaciones que nos imponen los tiempo que corren-, allí no se dejen de hacer las cosas, se logren con calidad, y con mucho amor.

Por eso cuando este 8 de marzo escuché que en la escuela se haría un matutino especial por el Día Internacional de La Mujer, decidí darme una vueltecita y constatar lo que tantas veces he escuchado decir a la vecina y sus alumnos.

Fue sin duda una mañana especial, en la que los
estudiantes hicieron gala de sus dotes en las diferentes manifestaciones del arte, en la que el himno nacional se entonó con más fuerza, en la que flores y postales llegaron a cada mujer allí presente: seños, auxiliares pedagógicas, trabajadoras de servicios, madres, abuelas, tías, recogedoras y hasta la periodista -que no estaba en los planes-, recibió el agasajo de los que saben querer.

La educación es el arte de hacer visibles las cosas
invisibles

Con tan solo escuchar las interpretaciones de Marcos Alejandro Ordaz Basulto, quien con 8 años cursa el tercer grado y a modo ranchera, hace estremecer las paredes del centro; sabes que el trabajo de formación cultural está consolidado y es uno de los pilares de la institución educativa.

Yilianne Suárez Torres, Instructora deArte de música, con seis años de labor allí, tiene entre sus misiones impartir talleres de creación y apreciación, conformar unidades artísticas para defender los géneros musicales y celebrar cada fecha conmemorativa con acciones novedosas.

“Cuando los ves actuando en una compañía e incluso en escenarios nacionales, es gratificante saber que se iniciaron aquí, sientes que nuestro trabajo en la base es muy importante”.

José Francisco Leandro Soto, con 25 años, es técnico de Atención Estomatológica del policlínico docente Ramón López Peña, y confiesa que desde que llegó por vez primera a esta escuela nunca más ha podido desprenderse.

Este joven que se inició como artista aficionado en la
facultad de Tecnología, le apasiona el teatro, la música, la danza, da pasos en el mundo de la coreografía, y se ha desempeñado en la locución en la emisora provincial CMKC.

En su centro de trabajo lidera los matutinos y actos, y en el seminternado Simón Bolívar, desde su primera actuación, ya es parte del colectivo y ayuda voluntariamente a consolidar matutinos, desfiles Martianos y galas culturales.

Francisco se gradúa en octubre, pues cursa el último año de la Licenciatura en Estomatología, también integra la compañía variedades Arcoíris que dirige Wilfredo Aponte, como asistente de dirección, y hace personajes en sus espectáculos.

Sin duda, es controversial desempeñarse en dos aristas diferentes, pero afirma: “Lo que más me gusta es el trabajo con niños, por la parte de la Salud y en el ámbito cultural, también incursiono en la decoración de cumpleaños, me apasiona lo que estoy haciendo, y disfruto mucho que en este centro me den la confianza para dar riendas sueltas a mi imaginación”.

Ella es Instructora de Arte en la especialidad de danza de la primera graduación, hace 20 años, y desde entonces labora en esta escuela; su nombre, Ismaray Cabrera Montejo, quien expresa:

“El trabajo con niños es maravilloso y a la vez complejo, son inquietos y hay que educarlos en el ámbito profesional, pero uno llega a involucrase mucho con ellos, y con la familia que debe apoyar en el proceso de montaje de cada coreografía; sus padres asisten a todas las actuaciones y eso nos reconforta; también van todos los compañeros de trabajo, aquí en la escuela somos una gran familia”.

Raúl Fernández Mejía es el director de ‘La Simón’ -como todos nombran al seminternado-, y nos comenta que fue un 1ro de marzo hace ya 13 años que comenzó a trabajar allí; desde entonces, ha tratado de fomentar la formación integral de los niños y niñas, con matutinos desarrolladores que inserten todas las efemérides y fechas históricas.

“Una de nuestras prioridades es el trabajo político-ideológico, la formación de valores, fomentar el
amor a la Patria, y a los héroes y mártires de la Revolución; considero que con estas actividades extracurriculares y educativas estamos potenciando esos principios que siempre han sustentado a la educación cubana.

“La institución cuenta con 642 alumnos y 102
trabajadores en total, de estos 63 mujeres; parecería fácil dirigir pero no lo es, hay que aprender a lidiar con todos, exigir pero a la vez comprender, mediar en las relaciones laborales; brindar el apoyo cuando lo necesite un alumno, un trabajador, incluso hasta cuando lo precise la familia, que es un apéndice de la escuela.

“Son muchos los logros, pero me siento orgulloso de mis muchachos cuando participan en concursos, cuando con entusiasmo presentan sus círculos de interés, cada vez que se suben a la tarima y hacen gala de sus dotes de artistas, que también habla de la formación vocacional que aquí desarrollamos.

“Otra fortaleza del centro es el vínculo con la comunidad, que se inserta a las actividades y colaboran con nosotros; los resultados palpables cuando trabajamos intencionadamente con los estudiantes con alguna dificultad, ya sea cognitiva o de conducta; no faltan las visitas al hogar, a su barrio, el contacto con las organizaciones de masas. El trabajo diferenciado nos caracteriza, el problema de un estudiante, es problema de todos”.

Visitar ‘La Simón’fue un placer para esta periodista, en el colectivo se respira un ambiente de trabajo favorable y sus muchachos están motivados con cada fecha histórica o celebración; ellos tienen la receta para lograr más con menos, para vencer obstáculos y proponerse retos superiores.

Y es que cuentan con un personal que -aunque también sortea la situación con la alimentación, se agobia por los apagones, no le alcanza el salario, les resulta difícil el transporte para llegar temprano…y pasan cotidianamente un sinnúmero de sinsabores-, no viven esquivando tareas ni dando justificaciones, o lamentándose por todo; ellos han decidido potenciar la Educación de sus muchachos y dotarlos de la formación integral que necesitan.

Su máxima es que el educador hace que las cosas difíciles parezcan fáciles, y es que solo el amor engendra maravillas.

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