Santiago de Cuba,

Sí, me erizo

24 February 2024 Escrito por  M. Sc. Olga Thaureaux Puertas
Tomada de Internet

El respeto entre los semejantes, más si son adultos mayores, se inculca desde la cuna, en la familia.

Con cierta tristeza y asombro he visto que ha proliferado en las redes sociales digitales y en las calles el choteo a la frase de “me erizo”, pronunciada recientemente por mujeres de Río Cauto, en la provincia de Granma, entrevistadas tras la visita del presidente Miguel Díaz-Canel a ese territorio.

La génesis de esa frase está relacionada con la repercusión que tuvo entre los pobladores la presencia allí del Presidente cubano, pues hacía muchos años eso no ocurría.

Y sí, es lícito expresarlo y también es algo que tiene su explicación científica porque “la erización (coloquialmente piel de gallina) hace referencia al fenómeno de contracción involuntaria de los músculos erectores del pelo que provoca que el vello se erice y la piel adopte un aspecto característico con pequeñas protuberancias”, esa sensación puede ser provocada por el frío y también por las emociones.

¿Acaso no han escuchado una narración de determinado hecho o situación que los conmociona y han tenido esa experiencia; no han vivido un momento feliz o difícil y lo han sentido? Estoy segura que sí, porque como seres humanos, nos identifica la sensibilidad por encima de todas las cosas.

A los cubanos nos caracteriza, y algunos dicen que por eso hemos resistido a tantos avatares y limitaciones, el sentido del humor y crear chistes de nuestros propios problemas. Eso tal vez pueda justificarse, pero de ahí a llegar a este extremo, incluso utilizando la foto de una de las ancianas entrevistadas, ¡por favor!

Me pregunto, dónde quedó el respeto y la decencia. Enfoquémonos solo en esas dos palabras. ¿Han pensado quienes se mofan de esa manera, que esa persona tiene derecho a expresar sus emociones -y lo hizo-, que esa persona tiene familia, hijos, nietos… que deben sentirse impotentes ante tanto irrespeto?

Como mismo muchos se han sumado al choteo, hay quienes manifiestan en las propias redes sociales digitales su desacuerdo con este actuar. Es lícito meditar. Si no nos respetamos nosotros aquí dentro de esta Cuba nuestra, qué podemos esperar de los que desde otras partes solo buscan un granito de arena para construir un “bloque” negativo.

Alguien me decía que dentro de unos días eso pasaba y se olvidaba. Sí, es cierto, así son los contenidos en las redes, pero tal vez en las calles y en el diálogo popular demore más. Estoy segura de que las personas implicadas tendrán en sus recuerdos esa amarga experiencia por mucho tiempo.

Para quienes no están informados. El Decreto-Ley No. 370/2018 Sobre la Informatización de la Sociedad en Cuba, en su capítulo I, referido a las contravenciones asociadas a las tecnologías de la información y la comunicación, en uno de sus incisos dice que es una violación “difundir, a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas”. Como dice el refrán: A buen entendedor pocas palabras bastan.

Me permito citar este texto de la colega guantanamera Lilibeth Alfonso, pues considero resume muy bien este incidente: “Yo no me puedo reír de una anciana. Diga lo que diga. Yo no puedo usar su rostro, sus palabras...pero sí puedo valorar en su justa medida a quienes lo hacen”.

No perdamos, bajo ningún concepto y circunstancias, el respeto, la solidaridad y el humanismo; esos valores no se venden, se preservan y se deben trasladar de generación en generación

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