Hijo de una familia negra muy pobre, de niño aprendió a leer y a escribir. De joven, se hizo carpintero, oficio con el que supo ganarse el pan que comía. Él estuvo entre los primeros en incorporarse a las filas insurrectas en 1868, y gracias a su valentía ascendió a General del Ejército Libertador. Uno de los 29 generales cubanos del Ejército Libertador que participaron en la Guerra de la Independencia de Cuba, además de haber participado en las dos guerras anteriores, héroe sobresaliente de las gestas independentistas cubanas en contra del colonialismo español.
Fue un héroe legendario, uno de los jefes más populares, retó y derrotó en los campos de batalla a varios oficiales españoles reconocidos como excelentes esgrimistas.
Junto con el mayor general Antonio Maceo manifestó su total desacuerdo con el Pacto del Zanjón, en la histórica Protesta de Baraguá. Guillermón, participó en la Guerra de los Diez Años del 1868-1878.
Por sus cualidades y sólidos principios e intransigencia revolucionaria ni el cautiverio logró doblegarlo, el generalísimo Máximo Gómez dijo de él: “tiene dotes de mando y gran habilidad estratégica”.
Con los pulmones destrozados por la tuberculosis tras duros años en prisiones españolas, el general Moncada falleció en su campamento de Joturito, en Mucaral, término municipal de Alto Songo el 5 de abril de 1895 a los 53 años, y sus restos mortales reposan en el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia.
El patriota y escritor Enrique Collazo, sentenció: “Guillermo Moncada, en Cuba, poco podía hacer, era un moribundo que venía en cumplimiento de su palabra, y guiado por su patriotismo a morir a la sombra de su bandera”.