En esta ocasión, el Día Mundial Sin Fumar llama la atención sobre los riesgos del tabaquismo para niños y adolescentes, y denuncia las estrategias de la industria tabacalera para incentivar el consumo de productos del tabaco en las nuevas generaciones.
La Organización Mundial de la Salud alerta sobre las graves consecuencias de esta adicción durante la etapa de crecimiento y desarrollo. No hay una forma segura de consumir tabaco, pues la nicotina es una sustancia altamente adictiva que dificulta enormemente dejar de fumar una vez que se comienza.
Esta sustancia puede dañar áreas del cerebro relacionadas con la atención, el aprendizaje, el estado de ánimo, la memoria y el control de impulsos. Además, hay pruebas de que los jóvenes que consumen nicotina podrían enfrentar mayores riesgos de desarrollar otros trastornos por uso de sustancias en el transcurso de la vida.
El tabaquismo en adolescentes puede ocasionar daño en el sistema cardiorrespiratorio, además de ser una puerta de entrada al consumo de drogas ilícitas.
Para evitarles un futuro marcado por los perjuicios de una adicción que lastra el bienestar y acorta la vida, los adultos debemos comenzar con el ejemplo. Crear ambientes libres de humo, especialmente en casa, es esencial para prevenir el tabaquismo en la niñez y la adolescencia.
Mantenga con sus hijos un diálogo abierto, hábleles sobre las consecuencias de consumir productos del tabaco, prepárelos para resistir la presión social y esté atento a las señales que puedan indicar que su adolescente ha comenzado a fumar.
Buscar orientación en los servicios de salud de la comunidad o en la línea confidencial 103, puede ser de mucha ayuda. En cada área de Salud de Santiago de Cuba hay especialistas preparados para ayudar a quienes quieran dejar de fumar.
Hagamos de cada día del año una jornada libre de humo de tabaco, por nuestros hijos, por el futuro.