Tal vez por eso el “Grano de Maíz” ubicado en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, se hace gigante y la “Gloria del Mundo” trasciende las fronteras.
¡Fidel!, “El hombre del siglo”, “El político más astuto”, “El gigante de la historia”, “El hombre que marcó su época”; pero también el amigo de Gabriel García Márquez, de Osvaldo Guayasamín, de Hugo Chávez, y por supuesto, la admiración de muchos, incluso, esos que se dicen enemigos, pero en el fondo elogian su obra.
Sí, ese Fidel que simboliza Cuba, que por muchos años dio dignidad a un pueblo, puso a su pequeña Isla en lo más grande del podio, dio ejemplo al mundo de humanidad, humildad, altruismo, solidaridad, amor…
El mismo que no quiso honores ni estatuas ni monumentos, hoy se encuentra diseminado en el mundo, en esas calles que llevan su nombre, en esculturas que rememoran su legado, en las fotografías que cuelgan en cuartos, oficinas, consulados, embajadas...
Fidel Castro fue y seguirá siendo leyenda internacional por muchos años, muchos más. Su huella e impronta no solo se evocarán este 13 de agosto, a los 98 de su natalicio, sino que estarán por siempre en la inmortalidad de la historia.