La obtención de la nueva técnica resultaba imprescindible ya que el deterioro de los equipos en servicio es notorio, dada su antigüedad y rigurosidad del trabajo, ya que la ocurrencia de averías y las quejas en el sector residencial, fundamentalmente, se cuentan por cientos durante cada jornada, de manera significativa en la ciudad de Santiago de Cuba, cuya población ronda el medio millón de habitantes, contando, además, con una extensa zona industrial y objetivos de interés económico-social, cuyo impacto trasciende a la provincia.
El compromiso "con preservar la técnica adquirida, que cuenta con los medios necesarios para la labor de linieros, operarios y técnicos", de acuerdo con directivos de la Empresa fue suscrito en los predios de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo Grajales, de la urbe oriental.