El 18 de junio de 200 fue un día luctuoso para Cuba y, especialmente para las luchas por la igual y la emancipaciónde las mujeres en el mundo: había muerto Vilm, de quien el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, expresara: "consagró toda su vida a luchar por la mujer cuando en Cuba, la mayoría de ellas era discriminada como ser humano, al igual que en el resto del mundo, con honrosas excepciones revolucionarias".
Indudablemente pertenece a la estirpe de Mariana Grajales, Ana Betancourt, Isabel Rubio y una lista de patriotas, conocidas y anónimas. Vilma supo, como pocas, aunar voluntades para que Cuba tenga numerosas maestras, científicas, ingenieras, y hasta el segundo Parlamento, a nivel mundial, con mayor proporción de mujeres.
Le debemos, entre muchídimas cosas, los círculos infantiles, las casas de orientación a la mujer y las familias, y las leyes que protegen y garantizan el ejercicio pleno de todos los derechos para todas las personas.
Devenida en paradigma como esposa y compañera de mil batallas de Raúl -tal vez el mayor defensor de su legado-; formadora de lideresas e impulsora de programas, tanto en Cuba como en el mundo, con el objetivo de lograr la equidad de género y proscribir cualquier forma de discriminación, tan lesiva a la dignidad humana.
Es hoy "más necesario que nunca", su ejemplo imperecedero y el "!Viva Vilma!" exclamado por Fidel hace 18 años.