Santiago de Cuba,

Cuando la perseverancia rompe todos los esquemas

21 June 2025 Escrito por  David Alejandro Medina Cabrales (estudiante de Periodismo) y MsC. Milagros Alonso Pérez
María Isabel, Kyra y Claudia

En una provincia donde el 84.25% de los estudiantes aprobaron -siendo el mejor resultado del país- las pruebas de ingreso a la Educación Superior, tres nombres destacan con letras doradas: María Isabel, Claudia y Kyra. No son superdotadas, no tuvieron privilegios, pero conquistaron lo que pocos creen posible: 100 puntos en los tres exámenes. Sus historias -tejidas con lágrimas, madrugadas y una red de apoyo que incluye desde abuelas hasta profesores que sacrificaron domingos- son una prueba fehaciente de como lo que se lucha se logra.

“Esto no es solo mío”, repiten como un mantra. Y es cierto: detrás de cada calificación perfecta hay madres preocupadas, municipios que movilizaron recursos, y profesores que se convirtieron en segundos padres. Hoy, estas jóvenes -de los municipios de Tercer Frente, San Luis y Santiago de Cuba- comparten sus secretos, sus miedos y cómo un territorio entero se unió para escribir su éxito.

Estudiar es ganar

Con su pelo recogido y una sonrisa que delata orgullo, María Isabel Rivero Acosta, del municipio Tercer Frente, describió su rutina en su centro estudiantil, el IPR Mario Muñoz Monrroy: “Los domingos, cuando otros iban de pase, nosotros resolvíamos temarios con profesores de Historia, Matemáticas y Español. Hasta la directora municipal venía tres veces por semana a ver si necesitábamos algo”.

Sus ojos brillan al hablar de su madre, quien desde la distancia se preocupaba y la llamaba siempre: “Aunque no estaba aquí, su amor llegaba. Mi abuela y mi hermana fueron mis pilares... cuando supe la nota, lloramos juntas”.

Esta amante del verde, el morado y la ópera -que escucha entre ejercicios de álgebra- eligió Turismo porque “los idiomas son puentes para conectar culturas. Quiero recibir turistas con el mismo calor con el que mi gente me enseñó a vivir”.

“Las matemáticas me enseñaron que hasta el miedo tiene solución”.

Hija de médicos, Claudia Elísabeth Viel González encontró en la lógica de las matemáticas y la biología un refugio. “Los sábados eran sagrados para repasar. Los profesores diseñaron temarios verticales y horizontales hasta que el formato del examen no nos asustara”, dijo la oriunda del municipio de San Luis.

Para ella, el 100 fue una victoria sobre la duda: “A veces creía que no podía, pero mi familia y mis profesores -del IPU Doris Manuel Martínez Mejías- me decían: Claudia, tú puedes. Ahora quiero usar esa seguridad para ayudar a otros como psicóloga”. Su meta es clara: “Entender el alma humana. Curar heridas invisibles”.


“Mis profesoras fueron madres con tiza en las manos”

Kyra Menéndez Acosta, la santiaguera más artística del grupo -fan del pop, la literatura y los videojuegos-, casi elige Psicología, pero “los idiomas me ganaron el corazón”. En el IPU Rafael María de Mendive -su escuela- las profesoras Odalis, Odet y Annette se convirtieron en su familia: “Nos reuníamos después de las teleclases para corregir ejercicios. Eran incansables”
Recordó el día del examen: “Temblaba, pero mi mamá me dijo: Confía en lo que sabes. Ahora, estudiar la carrera de Lengua Inglesa con segunda Lengua Extranjera es mi manera de honrar ese esfuerzo”.

Estas jóvenes -parte de los 27 estudiantes con la puntuación máxima en Santiago de Cuba -insisten en lo mismo: “Nadie lo logra solo”. Detrás de ellas hay muchas personas que ayudaron a conquistar ese logro.

Como dice María Isabel: “Cuando estaba cansada, alguien me decía, dale. Ahora sé que esa palabra era el motor”. Su historia, como la de Claudia y Kyra, prueba que en Cuba la educación es un acto de esfuerzo colectivo.

  • Compartir:
                   

Escribir un Comentario

We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree