Sobre las arbovirosis en el territorio, la doctora Yaimara Gutiérrez de la Cruz, directora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), puntualizó que circulan tres enfermedades en el país, signadas por la permanencia del mosquito Aedes, transmisor del dengue y Chikungunya; así como de jejenes de tipo culicoides y mosquitos Culex, responsables de la fiebre de Oropouche.
“La provincia no está ajena a esto y mantiene circulación de Chikungunya con baja incidencia, al igual que la fiebre de Oropouche; el dengue presenta brotes en algunos territorios.
“Esta última enfermedad sigue siendo compleja en los municipios de Palma Soriano y Santiago de Cuba, pero el riesgo de incremento de casos está presente en el resto de los territorios por los índices de infestación del Aedes aegypti.
“Es muy negativa la situación sanitaria actual; las recientes lluvias y el déficit de abasto de agua en muchos centros urbanos provocan un incremento de depósitos con pobres condiciones para el almacenamiento, lo que favorece la aparición de focos.
“Asimismo, los criaderos artificiales por la acumulación de aguas en canales, techos, azoteas, el mal saneamiento de patios, solares yermos, incrementan los riesgos de la aparición de vectores.
“Desde el punto de vista médico, estas enfermedades pueden tener una evolución favorable, aunque no están exentas de complicaciones; sin embargo, con un diagnóstico temprano y tratamiento oportuno, un alto por ciento de los pacientes puede tener una evolución satisfactoria.
“Los síntomas son muy semejantes en los tres casos: fiebre, dolor de cabeza, dolores óseos y musculares, decaimiento, falta de apetito, dolor retroorbitario y rash son los más comunes. Los médicos deben diagnosticar si es un dengue, una fiebre de Oropouche o de Chikungunya, por esto la recomendación es, ante la presencia de estos cuadros, acudir al médico. No se debe minimizar su importancia.
“La Fiebre Amarilla provocaba más de 2 000 muertes anuales en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX. Gracias al trabajo de Carlos J. Finlay y un grupo de sanitaristas se eliminó esta enfermedad en el país, solo con las medidas sanitarias y el saneamiento.
“Es cierto que el Gobierno, el Minsap y los compañeros de vectores tienen gran responsabilidad para resolver esta situación, pero es un problema de todos.
“Aunque se realizan acciones para mejorar la crítica situación sanitaria con la basura y el abasto de agua, sin la participación de la población, librar esta batalla se torna imposible.
“Apelamos a la conciencia sanitaria de los santiagueros para mitigar la riesgosa situación que hoy enfrentamos”, sentenció.
Por otra parte, el doctor Gonzalo Urgellés Aguilar, jefe de Programa de Control de las Enfermedades de Transmisión Digestiva del CPHEM, afirmó que
“las precipitaciones, al arrastrar los patógenos acumulados en el ambiente y en el suelo hacia fuentes de abasto de agua, favorecen la proliferación de bacterias, parásitos y virus, produciendo su contaminación y poniendo en riesgo la salud, esto se suma a la mala manipulación o las deficientes condiciones de almacenamiento del líquido en viviendas, centros de trabajo y escuelas.
“Como la vía de transmisión más frecuente de las EDA y el resto de las enfermedades digestivas es por el consumo de alimentos o agua contaminados con heces, lavarse bien las manos constituye la principal línea de defensa. Se recomienda realizarlo de forma frecuente, con agua tratada y jabón, antes y después de comer, cocinar o alimentar a los niños; luego de ir al baño o de cambiar pañales y amamantar, estornudar o toser. También es muy importante hervir el agua de consumo y tratarla.
“Otras medidas son lavar verduras y frutas; se debe cocinar lo suficiente los alimentos, así como mantener los crudos refrigerados y separados de los cocidos.
“También es beneficioso usar sustancias desinfectantes para la limpieza de la casa, tapar correctamente los cestos con desechos de comida y otros residuos, que deben eliminarse a diario. Y si se tiene animales (cerdos, caballos, perros, aves…) se requiere mantener los corrales limpios.
“Ante la aparición de síntomas como vómitos, fiebre, dolores abdominales y deposiciones acuosas, con sangre o no, es imprescindible tener sales de rehidratación oral, o saber cómo prepararlas de forma casera”, puntualizó.
Para hacerlas, se agrega a un litro de agua una cucharada de azúcar, media de sal, media o una pequeña de bicarbonato y zumo de limón (opcional), señala el sitio web del Minsap. Deben ingerirse en las 24 horas después de haber sido elaboradas y beberse a pequeños sorbos, no en cantidades abundantes.
“Pero lo más importante, ante la aparición de la diarrea u otros síntomas, es acudir al médico para ser evaluado por el facultativo, sobre todo si se trata de embarazadas, ancianos y niños
“Fomentar la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y complementada hasta los dos años, educar a la madre en preparar adecuadamente las fórmulas de leche artificial, cuando requieran de estas, son otras medidas para proteger a los lactantes.
“Pequeñas acciones en casa evitan grandes riesgos cuando de enfermedades diarreicas agudas se trata”, concluyó.