Desde directivos hasta adiestrados, todos asumen labores complejas con el empeño de arrancar la refinería en el menor tiempo posible y con la calidad técnica que garantice seguridad, estabilidad y continuidad en la entrega de combustibles para toda la región oriental.
Irene Barbado Lucio, directora general de la entidad, explicó que la respuesta ante Melissa comenzó días antes de su llegada. Con una semana de antelación se aplicaron medidas para minimizar daños en áreas tecnológicas, estructuras de altura, torres, tanques en reparación, calderas y edificaciones. Aun así, los vientos huracanados provocaron severas afectaciones en redes eléctricas internas, aislamientos térmicos, barreras de contención marítimas y otros sistemas decisivos para el proceso de refinación.
Jesús Despaigne Álvarez, especialista principal de Movimiento y Almacenaje, detalló que en las áreas del muelle, ferrocarril y tanques se registraron numerosos postes caídos, daños en las barreras de contención de productos y deterioro en los cubetos. Precisó que sin restablecer completamente el tendido eléctrico es prácticamente imposible arrancar la planta, razón por la cual se trabaja de manera permanente, con apoyo de brigadas de La Habana y Sancti Spíritus.
Las labores más complejas se concentran en la torre de destilación atmosférica T-101, donde se fracciona el crudo para obtener los derivados fundamentales. Eralides Bueno Calas, director de Mantenimiento, explicó que la estructura perdió totalmente su aislamiento térmico, por lo que fue necesario desmontarlo