La primera es Gobernadora de la provincia indómita, ingeniera química y muy conocida por los habitantes de esta tierra. Sea en las ciudades o en los campos a la diputada por el municipio de Santiago de Cuba la encontramos dialogando con su pueblo; chequeando la ejecución de los programas e impulsando las tareas para el desarrollo económico y social de este histórico terruño. Sus jornadas de trabajo no se limitan a horarios, su entrega al poder popular es total.
La segunda es multicampeona paralímpica y mundial, es una atleta débil visual oriunda de la urbe santiaguera y diputada por el municipio Julio Antonio Mella. En la Asamblea y el Consejo de Estado representa a las mujeres, los paratletlas y, sobre todo, a sus coterraneos. Supo aprovechar al máximo los intercambios con los electores y así formar parte de sus problemas, anhelos y logros. A la recordista mundial de la velocidad pura, la confianza y el acompañamiento.
De Beatriz la experiencia, de Omara la juventud. La una sabe lo que Santiago representa para Cuba por cuanto es la Cuna de la Revolución. La otra sabe que sus triunfos se deben a las cualides físicas excepcionales que posee y al sistema deportivo, universal e inclusivo, que la ha formado. Ambas entienden que integrar el Consejo de Estado constituye un compromiso trascendental y que el honor y la gloria son del pueblo.