A este maestro del micrófono, le reservó un sitio en el corazón de los latinoamericanos aquella descripción delirante del memorable segundo gol (el primero fue La mano de Dios) de Diego Armando para sepultar 2 por 0 a Inglaterra en los cuartos de finales del Mundial de México en 1986, con la guerra de las Malvinas como fondo. Esa vez, en buena parte del mundo, seguidores o no del fútbol se emocionaron por la narración.
Y Víctor Hugo parece tener ese don cuando habla: emocionar. Lo consiguió otra vez, hace solo horas en el evento Patria, en La Habana, cuando en un encuentro de representantes extranjeros con el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez habló igual: con el corazón:
“Le agradezco tanto a Cuba. Le agradezco, que en este mundo de gobiernos imperialistas y cobardes los que los acompañan y no dicen nada, Cuba sigue siendo el ejemplo de resiliencia, de sostén de las ideas humanistas en las que cualquier buen ser humano tiene que creer.
“Vemos que tienen dificultades, pero vemos también, que en el corazón de los cubanos está muy firme la Revolución y que no hay una crisis política. Y eso es muy fuerte, a la visión de quienes venimos de otros lugares donde los ejemplos son exactamente al revés.
“Cuba es para esta generación que represento por edad, y para los más jóvenes, es nuestra bandera; es nuestra bandera de que vale la pena luchar por el ser humano; es nuestra bandera de que no tenemos que declinar en la fuerza que le damos a nuestras vidas, para tener la esperanza todavía de un mundo un poco mejor.
“Al cabo de tantos años, como nunca, está muy claro que Cuba tenía razón. Han sido el eje de la gran discusión política de la historia de la humanidad. Esta pequeña isla; este pequeño lugar geográfico del mundo, ha sido el eje de todo lo que hemos discutido. Unos se fueron para un lado y Cuba fue para Cuba y Cuba tenía razón. Porque el mundo es un verdadero desastre y porque Cuba todavía sigue siendo esta fuente de esperanza. Por eso gracias por esta dosis en este mundo en el cual, convaleciente como está, declinante como es cada día, Cuba es el suero de libertad, de convicciones y de humanismo que todos necesitamos. Gracias, Presidente”.
Entonces: ¡Gracias, Víctor Hugo!