Angelina, que muy delicada de salud y con neumonía permanecía ingresada en el Hospital Militar Dr. Joaquín Castillo Duany, en Santiago de Cuba, falleció ayer aproximadamente a las 9:00 p.m. a los 74 años.
Lawrence Zúñiga murió al amanecer de este 16 de noviembre, a los 85 años, en su hogar de la calle Corona, en Santiago de Cuba.
Con los decesos de Angelina y de Lawrence, el arte y la cultura más arraigados en el pueblo, pierden dos baluartes de inestimable importancia.
Angelina laboraba como instructora de teatro en la Casa de Cultura Josué País García (antigua Casa del Estudiante) y a su título honorífico de Heroína del Trabajo, sumaba, además, la Réplica del Machete mambí del Generalísimo Máximo Gómez y el hecho de ser integrante muy activa de la Uneac y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC).
Pero lo que más encumbró siempre a Angelina fue su entrega casi pasional al trabajo y a su labor como promotora cultural. Bien difícil es encontrar a quien la superara en entusiasmo por ayudar a niños, adolescentes, a jóvenes o a personas de la tercera edad en barrios, comunidades, escuelas, empeñados como aficionados, en hacer arte.
Más de una vez la visitamos en su humildísimo hogar del reparto Santa Bárbara, para hablar del sector cultural o de cómo enaltecer el trabajo sindical de la Cultura en Santiago de Cuba.
Para Angelina Prada parecía no existir el límite cuando de entregarse con vehemencia a las tareas culturales o sindicales se trataba. Y así fue su existencia desde muy jovencita hasta este momento postrero en que cerró los ojos, definitivamente.
LAWRENCE ZÚÑIGA
Lawrence Zúñiga Batista nació en Baracoa y luego pasó a residir en Santiago de Cuba donde consolidó sus atributos como pintor y dibujante autodidácta; profundizó su arte naif por medio del que recreó en sus obras, muy especialmente la cultura afrocubana, los mitos y leyendas de los dioses u orishas del panteón yoruba.
Según reseñan notas sobre este destacadísimo pintor, él expuso en el ámbito nacional en casi todas las capitales de las provincias cubanas, y sus creaciones formaron parte de muestras colectivas cubanas exhibidas en España, Francia, Alemania, Rusia, Granada, República Dominicana, Martinica, Surinam, Venezuela, México, Puerto Rico, Estados Unidos…
“El arte de Zúñiga, a través de sus dioses, ha servido como motivo a diseñadores de portadas de libros, revistas, carátulas de discos y carteles, así como a documentalistas cinematográficos, realizadores de televisión y radiodifusores”.
Lawrence era miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y de la Unesco como artistas profesional.
Y “aun cuando la prensa internacional le ha dispensado elogios; a pesar de que coleccionistas privados e instituciones relevantes se debaten por tener ´un Zúñiga´, el pintor de los dioses prefiere tener el reconocimiento de su público”.
Ese público que siempre respetó y valoró muy alto el arte de Zúñiga y el de Angelina, hoy los despide a ambos, con una mezcla de dolor y de convicción en que sus legados lo asumirán nuevas generaciones de cultores del arte popular, y en cada obra, en cada presentación en un escenario, en cada exposición estarán presentes el sentimiento y el ejemplo de Angelina y de Lawrence.