El Parkinson es una condición degenerativa, progresiva y crónica del sistema nervioso que causa severos daños neurológicos y genera alteraciones en el control y coordinación de los movimientos del cuerpo y rigidez muscular. La enfermedad se desencadena cuando determinadas células dejan de producir dopamina, hormona que regula el movimiento.
Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente luego del Alzheimer. Según la Organizacón Mundial de la Salud, el Parkinson afecta a 1 de cada 100 personas mayores de 60 años. La Asociación Europea de la Enfermedad de Parkinson estima que más de seis millones de personas en el mundo padecen esta condición.
De acuerdo a la Fundación Americana del Cerebro, de Estados Unidos, aunque afecta más a personas mayores, alrededor del 10% de los casos se considera de aparición temprana, lo que significa que los síntomas comienzan antes de los 50 años.
Aunque aún no existe cura, hay muchas formas en las que se puede hacer más llevadera. Varios medicamentos que mejoran los síntomas como la rigidez muscular, los temblores y la bradicinesia o lentitud en los movimientos.
Es importante seguir las recomendaciones del médico y tomar los medicamentos según lo prescrito; el ejercicio puede ayudar a mantener la movilidad, la flexibilidad y la fuerza muscular en los pacientes y también puede mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida en general. También la terapia física ayuda a mejorar la movilidad, la postura y el equilibrio, así como reducir la rigidez muscular y mejorar la coordinación
Los parkinsonianos deben tener un adecuado conocimiento de su enfermedad, al igual que sus familiares y amigos cercanos, para distinguir, por ejemplo, entre un temblor y los movimientos involuntarios que pueden producirse incluso como consecuencia de algún medicamento.
Más que temerle al Parkinson, lo aconsejable es mantener una actitud positiva en la lucha por controlarlo y convivir con este padecimiento.