Es abril, por antonomasia, el mes del Partido, el mes de la victoria del Socialismo que se edifica en Cuba, fundado bajo el precepto martiano de "con todos y para el bien de todos" y el concepto fidelista "los humildes, por los humildes y para los humildes". Es el Partido Comunista de Cuba, a decir del Líder de la Revolución, General de Ejército Raúl Castro Ruz, "como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder".
Este Partido, "martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la Sociedad y el Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista", tal y como lo dicta nuestra Constitución, promulgada en 2019 -tras su aprobación, en referéndum, por el pueblo cubano-, se ha ganado la confianza, en tanto agrupa a lo más valioso de los compatriotas más confiables.
La Cuba que soñó Martí -siempre amenazada por el Norte revuelto y brutal-, la hemos conquistado y la defenderemos al precio que sea necesario. En cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, siempre en la salvaguarda del "culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre", sin descuidar la unidad, se encauza el trabajo del Partido en sus grandes batallas: la económica y la ideológica.