Justo a las 11 de la mañana de ese día, en el salón de baile de Soledad de Mayarí, 2 001 delegados asistieron al Congreso Campesino en Armas, la cita que enrumbó la redención de una clase que sufría tantos despojos, al punto que hasta la mayor parte de la tierra, que con sumo sacrificio trabajaba, estaba de latifundistas.
En el Congreso, convocado por el entonces Comandante Raúl Castro Ruz, constituyó el Comité Regional Campesino, encargado de atender las necesidades de los campesinos en los territorios liberados, creó los precedentes inmediatos para la Ley de Reforma Agraria –aprobada tras el triunfo del Primero de Enero-, y todas las medidas a fin de solucionar "el problema de la tierra", denunciado por Fidel en su alegato de autodefensa La historia me Absolverá.
El liderazgo de Raúl Castro y la fuerza de los campesinos, quienes nutrían las filas del Ejército Rebelde, fueron ratificados en este Congreso que fue más allá de las denuncias, demandas y reivindicaciones: el objetivo era derrotar a la tiranía batistiana mediante el apoyo incondicional a la lucha por la definitiva independencia.