‘Vasquecito’, como todos le nombran desde muy joven, luego de su jubilación, respondió a una petición del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, de dirigir el Complejo Histórico de Museos Segundo Frente Oriental, una tarea que asume con altruismo.
Este revolucionario cabal, que tiene la misión de proteger las 19 instalaciones que integran el Complejo Histórico, ubicadas en las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba y Holguín, es también un celoso guardián de los más de 550 nichos del Mausoleo a los Mártires del Segundo Frente.
La vida de este santiaguero, que recibirá la condición especial de Doctor Honoris Causa -otorgada a personalidades “ilustres caracterizadas por sus altos servicios a la ciencia, la producción, la educación, la cultura, la lucha antiimperialista, la libertad de los pueblos, la paz, el internacionalismo proletario y la construcción comunista”-, ha estado indisolublemente vinculada a la defensa de la Patria y la Revolución.
Desde sus años como chofer de la línea La Oriental, su incorporación al Movimiento 26 de Julio, su liderazgo como segundo al mando en el ataque a la Policía Marítima el 30 de noviembre de 1956, cuando partió a la Sierra en el primer refuerzo enviado por Frank al Ejército Rebelde, o ante el timón del vehículo en el que se movería Fidel; el nombre de ‘Vasquecito’ fue sinónimo de y firmeza.
Conocer a hombres excepcionales como el Che, Fidel, Almeida, Camilo y Raúl, sustentaron aún más sus principios y valentía, demostrada en combates como Pino del Agua I y II, El Salto, Palma Mocha, donde se fragua su condición de integrante del Ejército Rebelde en la Columna No. 1 José Martí , en la escuadra de la vanguardia con Camilo Cienfuegos.
Por eso hoy, cuando el Alma Mater Oriental anuncia la entrega de este reconocimiento, quienes conocemos a este hombre de 89 años, no podemos menos que dedicarles estas líneas, que no resumen su trayectoria revolucionaria, pero que sí dan fe de la grandeza de su ejemplo y de su fidelidad por Cuba.