"Mi bebé se llena pronto, por mucho que le dé. Siempre me sobra y, si tengo que pasar dolor al ordeñarme y no usarla... pensé: mejor vengo. Siempre va a haber un bebé que la va a necesitar". Además los retos de la maternidad temprana, la motiva la generosidad y conciencia sobre un tesoro biológico: la leche materna. "Durante mi estancia, si puedo venir dos o tres veces al día, lo haré".
La leche materna no solo nutre; es medicina, protección y amor líquido. Es el alimento perfecto, fácil de digerir, con todos los nutrientes en la proporción exacta que necesita para crecer sano. Transmite anticuerpos esenciales, reduciendo drásticamente el riesgo de infecciones (gastrointestinales, respiratorias, otitis), alergias, y enfermedades como diabetes u obesidad futuras. Favorece el desarrollo cognitivo, neurológico y reduce el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Además, el contacto piel con piel durante la lactancia fortalece el apego emocional único entre madre e hijo.
Para la madre ayuda a que el útero vuelva a su tamaño más rápido, reduciendo el sangrado postparto; disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovario, osteoporosis y diabetes tipo 2, favorece la liberación de hormonas (oxitocina, prolactina) que promueven la relajación y reducen el riesgo de depresión postparto. Y es una opción económicamente amigable, está siempre disponible, a la temperatura perfecta y sin coste.
Cuando Mamá no puede, la donación es esperanza
Aunque la lactancia directa es lo ideal, hay situaciones donde no es posible: bebés prematuros o enfermos cuya madre no puede producir suficiente leche, madres con ciertas enfermedades o medicación incompatible, adopciones, o pérdida materna. Aquí es donde entra en juego un recurso invaluable: la leche humana donada pasteurizada.
En el corazón de este hospital santiaguero, funciona desde el 16 de diciembre de 2011 el Banco Provincial de Leche Humana. La Licencia Leydi León Heredia, parte del equipo que trabaja por turnos las 24 horas del día, nos comenta de este pilar vital para los más vulnerables.
"El banco de leche humana funciona como el banco provincial. Las maternidades y áreas de salud de la provincia envían la leche recolectada. Aquí la recibimos, procesamos y pasteurizamos".
Madres como Leidy, ya sea durante su estancia hospitalaria o incluso después del alta (si viven cerca), donan su excedente de leche de forma altruista. En el laboratorio esta es sometida a un proceso de pasteurización. "La leche pasa por enfriamiento y calentamiento para esterilizarla", detalla León. Este proceso elimina cualquier virus o bacteria peligrosa, manteniendo intactos la mayoría de los nutrientes y factores protectores.
Se realizan análisis para garantizar la seguridad microbiológica y la leche pasteurizada se congela (-18°C) en "freezers" especiales. "Según la indicación médica y el peso del niño ellos calculan la cantidad exacta para cada caso", precisa León.
Los recién nacidos de bajo peso (por debajo de 2,500 gramos al nacer), que se encuentran ingresados en la sala Neonatología, los bebés enfermos o prematuros de este hospital y otros centros de la provincia que lo solicitan son los beneficiados
Un Trabajo de Entrega y Desafíos
La labor del Banco es intensa y exige máxima higiene. "La hora de la pasteurización es como un laboratorio... completamente estéril, vestidos como para operar", describe Leydi León. El equipo, compuesto por una enfermera y cinco operarias que cubren turnos las 24 horas, no solo procesa la leche, sino que realiza una crucial labor educativa: salen a las salas de puerperio para "rescatar" y "concientizar" a las madres sobre la donación.
Sin embargo, enfrentan desafíos. "Anteriormente el flujo de madres era mayor. Ahora ha disminuido", reconoce León, atribuyéndolo a "la situación económica que atravesamos, la disminución de la natalidad, entre otros factores". Madres como Leidy, que llegan espontáneamente movidas por la solidaridad, son un rayo de luz en este contexto, pero aún se necesita más. "Hay que hacer una labor educativa muy minuciosa para lograr que ellas vengan a donar", afirma.
Cada mililitro de leche que se dona es un acto de amor que puede significar la diferencia entre la vida y la enfermedad para un bebé frágil.
El Banco de Leche Humana de Santiago de Cuba, con su trabajo silencioso, riguroso y dedicado es el puente que convierte esa generosidad en salud y esperanza.
Para las madres que, como Leidy, tienen la fortuna de tener un excedente de leche, el mensaje es claro: su donación es invaluable. Acercarse al Banco de Leche del Hospital Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso, o informarse en su área de salud sobre cómo donar, puede ser el regalo más preciado para otro bebé y su familia.
En la lactancia materna y su donación responsable reside un poder único para construir un futuro más sano, comenzando por los más pequeños y vulnerables.