Olga nació ese día de 1945, en San Miguel del Padrón en La Habana y el triunfo de la Revolución la encuentra cursando los estudios en la Escuela de Comercio ubicada en Ayestarán en la Capital.
Inmediatamente, Olga se incorpora a la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), devenida Unión de Jóvenes Comunistas en abril de 1962. Un año antes, en abril de 1961, Alonso González ingresa en la Escuela Nacional de Instructores de Arte de la que egresa en septiembre de 1963.
Ella respondió así a uno de los llamados que les hizo Fidel a los jóvenes, este: llevar el arte y la cultura hasta quienes más lo necesitaban, especialmente en el campo. Y Olguita fue con su mensaje de beneficio espiritual para todos, hasta Fomento, en la antigua provincia central de Las Villas.
Los otros llamados hechos a la juventud por la naciente Revolución Cubana habían sido cumplidos: crear y desarrollar la AJR; apoyar la fundación de los Comités de Defensa de la Revolución; participar y consolidar la Campaña de Alfabetización…
Estaba feliz la instructora de teatro habanera y de lleno en su labor con quienes más la necesitan, cuando el 4 de marzo de 1964, en un accidente vehicular por las lomas donde la esperaba un grupo de campesinos, falleció. Solo tenía 19 años.
Por lo anterior, la fecha del natalicio de Olga Alonso fue escogida como Día del Instructor de Arte y cabe señalar que generaciones de los también llamados “médicos del alma”, a lo largo de décadas y en los sitios más recónditos de nuestro archipiélago, ponderan con su accionar, la memoria de aquella jovencita inquieta y emprendedora.
Aquí, en el territorio santiaguero, más de 1 300 instructores llevan el mensaje cultural y del arte en sus diversas manifestaciones, hasta las niñas, niños, jóvenes, adultos; hasta las escuelas, barrios, ciudades, montañas…
Los instructores son el timón de un movimiento que agrupa en la provincia de Santiago de Cuba a más de 39 000 artistas aficionados en todas las manifestaciones.
Una gala preciosa en el Teatro Heredia de esta ciudad, se desarrolló con los instructores de la red de casas de cultura que abarca a los municipios santiagueros, para conmemorar este jueves 16, por adelantado, la efeméride que cada 18 de febrero renueva la memoria y el quehacer de Olguita.
Los instructores más sobresalientes -muchos por cierto- fueron distinguidos y en ellos estuvo representada la pasión que también enarboló Olga Alonso cuando fue desde la Capital hasta tierras villareñas, con el arte y las mejores intenciones por delante.
El Director Provincial de Cultura, Raulicer García Hierrezuelo, aprovechó la ocasión al departir con el periódico “Sierra Maestra”, para “felicitar a los instructores de arte y a los gestores de proyectos culturales; el trabajo que ellos desarrollan a favor del pueblo, tiene un valor incalculable. Por eso se merecen este reconocimiento”.
Y también a modo de homenaje a ese “ejército de la cultura y el arte, es la creación que sigue, abreviadamente, obra de Marcos Antonio Hernández Arévalo, instructor de teatro de la Brigada José Martí.
"Multiplicador de sueños"
Movidos por el empeño
de salvar el porvenir,
se decidieron reunir
los jóvenes en un sueño.
El magnífico diseño
puso arriba su estandarte,
habló el líder, el baluarte,
nuestro Fidel Castro Ruz,
y salieron a la luz
los Instructores de Arte.
Valientes abanderados,
con la insignia de Martí,
valientes como el mambí
instructores abnegados.
En la escuela, en los poblados,
el arte siempre estará.
Cuba, nunca dejará
de ser, con el instructor
y su infinita labor,
un eterno Baraguá.