Su pueblo de 15 Km² y con poco más de mil habitantes es una región encantadora, de naturaleza vistosa y favorable al desarrollo agrícola; atravesado por el río que tiene igual denominación y que como única vía principal se encuentra la calle Rodney Coutín. Ahora solo queda destrucción, lágrimas y más lluvias.
Nunca olvidará ese lunes 21 de octubre de 2024, a las 2:00 a.m., cuando dormía, tras una jornada de labores. Silencio...luego el estruendo, el horror: un árbol de mango se abalanzó sobre la casa, derrumbando una pared que cayó en la cabeza de su pequeño Yodelmis Furones Matos de seis años.
Intentando rescatarlo en medio de tanta oscuridad, su esposo quedó atrapado inicialmente bajo los ladrillos, quien al intentar rescatarlo sufrió lesiones en la pierna.
Una vez que logró sacarlo, entre las fuertes lluvias, las embestidas del viento y el pánico, fueron en busca del vecino, quien reside a pocos metros.
Sin dudarlo ni un segundo, este decidió utilizar su jeep para transportarlo hasta el hospital docente Octavio de la Concepción y de la Pedraja, donde recibió los primeros auxilios. De allí, vía aérea un día después por las inclemencias del tiempo, hasta el Hospital Infantil Sur Dr. Antonio María Béguez César (La Colonia), con la asesoría del Dr. Roberto Hernández López, quien preside la Comisión de Casos Graves de Terapia en la institución de Santiago de Cuba.
“Quienes aquí me recibieron y atendieron a mi bebé desde el martes -compartió Kirenia-, son ahora también como de la familia. Los doctores, las enfermeras, los de servicio… ¡Qué buen trato, cuánta ayuda de tantas personas que no conozco y me han donado de todo! A veces no tengo palabras, porque agradecer me parece poco. Veo a mi hijo vivo y mejor. ¿Hay algo más grande que eso en el mundo?
“Tengo otro niño de 12 años, que estaba con su tío; mis padres también están allá, todos bien gracias a Dios. Estoy al habla con ellos y con mi esposo, que también lo atienden” (en el Hospital Militar de Ejército Dr. Joaquín Castillo Duany). Kirenia calla, casi no puede contener la emoción, respira profundamente y nos regala otra sonrisa de gratificación. Ella es fuerte, muy fuerte.
Epopeya médica
La Dr. Zaida María León Castellanos, Subdirectora Quirúrgica en La Colonia, explicó que, tras la notificación del Minfar y el Sium del traslado, efectuaron todos los preparativos pertinentes para recibir al paciente y sus familiares: “contamos con el apoyo de los factores, del Gobierno y el Partido en el territorio y de la Dirección Provincial de Salud. Agradecemos, además, al Equipo de la Unidad Quirúrgica, Cuerpo de Guardia y Radiología”.
Por otra parte, la Dr. Daimila Rodríguez Sanamé, especialista en primer grado de Pediatría, diplomada en Terapia Intensiva y Jefa de este servicio en la institución, refirió que el niño arribó despierto y reactivo: “continuamos con la estrategia de trabajo que se tuvo en cuenta desde Baracoa, de mantenerlo con los antibióticos, el antiedema cerebral y los protectores neurológicos”.
El Dr. José Carlos Ibarra Lefebre, especialista en primer grado de Neurocirugía al frente del caso apuntó: “fue atendido como politraumatizado -traumatismo craneoencefálico grave- por todas las especialidades. Se realizaron Rayos X de cráneo, donde se visualizó una fractura. Con posterioridad, se profundizó en una Tomografía Axial Computarizada en el Hospital Oncológico Conrado Benítez.
“Allí se visualizó una fractura deprimida abierta penetrante frontal derecha, asociada a un neumoencéfalo (aire dentro de la cabeza), tras una lesión de la duramadre o cubierta del cerebro; en su caso, tenía incrustado en esta parte un fragmento óseo.
“De manera urgente se tomó la decisión de realizar una esquirlectomía craneal (operación para remover este tipo de vestigios de una fractura deprimida), se limpió el área y cerró la apertura.
“Con un tiempo de duración de una hora y 20 minutos, la cirugía fue un éxito, no tuvo complicaciones. Es trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos estable, sin secuelas neurológicas; se extubó desde el jueves, tras 24 horas intubado y ventilado”.
Durante la visita a la Sala, el equipo reporteril pudo constatar que Yodelmis tiene movilidad de sus extremidades, se encontraba despierto y cooperativo; conversa con monosílabos y responde órdenes. “Ahora solo queda observar su evolución clínica, seguir con las preguntas de orientación y verificar los efectos motores”, destacó el especialista.
En otras precisiones, la Subdirectora Quirúrgica añadió que se les ofrecerá apoyo psicológico profesional a los tres (padres e hijo), para ayudarlos a superar el evento traumático.
Un mar de solidaridad
A veces un granito de arena se convierte en un mar de solidaridad, y en Santiago de Cuba sobran muestras de esta máxima. Hasta la Sala de Terapia Intensiva de La Colonia llegó el Millenium Bar y la Asociación de Descendientes de Haitianos para dejar, de alguna forma tangible, una muestra de amor.
Milagros Merbillet Mericie, Presidenta de la ‘Asociación’ en la provincia, acotó que se entregaron a la madre del pequeño dos cajas, con ropa para los adultos y el niño, zapatos, avituallamientos como cepillo y pasta dental, jabón y globos para celebrar cuando se recupere totalmente. Al tiempo, se han sumado instituciones estatales y Trabajadores Por Cuenta Propia, para llevar pertrechos y alimentos.
Kirenia se ve ahora más feliz junto a su hijo Yodelmis, lo abraza, lo besa y le da la mano con ternura y cuidado. Él nos regala una mirada de calma e inocencia; gracias a las atenciones de tantas personas -desde el primer momento- pudo volver a ver a su madre. Esta es su historia, y la de la proeza de esos hombres y mujeres que le salvaron la vida.