Gilberto López Borges y Juana Martínez Leyva, él nativo de esta zona y ella oriunda de Laguna Blanca en Contramaestre, procrearon 16 hijos de los que viven 14 y 13 de ellos son residentes en este barrio Los Gilberto.
Supimos aquí que la pareja se conoció y se enamoraron, que Gilberto trajo a Juana desde Laguna Blanca a vivir a Tercer Frente, nacía así un nido desde donde alzaron vuelo muchos pichones y estoy convencido de que en el futuro una leyenda se tejerá entorno al barrio de 14 casas formado por una misma familia.
El viejo Gilberto, fallecido hace pocos meses, durante muchos años planteó en reuniones de rendición de cuentas de las gestión de los delegados a sus electores, sobre la necesidad de que se le dieran mejores condiciones a las viviendas.
Hoy la respuesta del sistema de la agricultura y el gobierno construyen de conjunto con los habitantes del barrio las ansiadas casas de madera y cubiertas ligeras armonizando con el entorno, resulta todo un espectáculo ver la casa nueva surgiendo y relevando en el protagonismo al antiguo bohío.
Cuando supe de la historia de Juana, cuando alguien me dijo que vive la madre de Los Gilberto, no dudé en ir a su encuentro y allí estaba, sirviendo el almuerzo a los constructores de su vivienda, frente al fogón de leña y al lado del fregadero, la ancianidad avanzada no le limitó hacerlo.
Por supuesto no pudo esperar la andanada de preguntas a las que respondió primero titubeando, pero luego calentó Juana y fue más fluida y sobre todo no se amilanó ante la cámara, por supuesto siempre con el apoyo de la familia.
Al final le tocó al reportero salir corriendo porque se iba el camión que lo llevó hasta Los Gilberto, especialmente atrás dejé a Juana con la promesa de un trabajo periodístico, pero un poco de mi quedó allí, aquel lugar me llevó a mi niñez al mismo fogón de leña a una abuela muy bajita como la protagonista de esta historia de amor que trasciende el tiempo.