Santiago de Cuba,

Del aula a la ‘pincha’

08 December 2024 Escrito por  Roberto Peña Álvarez y Luis Carlos Rosell Ortiz (Estudiantes de Periodismo)

Estudiar una carrera universitaria nunca ha sido fácil en ningún tiempo ni lugar. No obstante, en Cuba se le suman otras dificultades por la situación económica que atraviesa el país y la vida se vuelve cada día más cara, desde los productos del agro hasta la impresión de documentos.

Ante la realidad de sufragar los gastos que conlleva estudiar en la universidad, muchos jóvenes optan por abandonarla y engrosar la lista de los casi licenciados, ingenieros, doctores o arquitectos que terminan en el sector no estatal.

Otros ven en la posibilidad de emplearse a tiempo parcial, la solución al problema económico que, si bien no resuelve todo, sí ayuda a ‘escapar’, según palabras de los propios jóvenes.

En este sentido, la Ley No.116, Código de Trabajo, garantiza en su artículo 31 la posibilidad de contratar por tiempo parcial a los estudiantes de cursos diurnos con 17 años o más, respetando siempre su horario docente e iguales derechos laborales que el resto de los trabajadores.

En Santiago de Cuba esta modalidad de empleo va alcanzando poco a poco mayor reconocimiento y aplicación, fundamentalmente en el sector privado.
“Igual ocurre con el pluriempleo y la contratación de jubilados, dicha medida responde a la necesidad de garantizar trabajadores ante el envejecimiento poblacional que afronta el país”, según informó el M.Sc. Israel Riverón Sánchez, subdirector de Empleo de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social al periódico Trabajadores.

¿Qué pasa en la Universidad de Oriente?

En la mayor institución de Educación Superior de la provincia, no se limita el empleo de los estudiantes con la premisa de que la academia forma, y el trabajo forja.
Con respecto a esto, la Dra.C. Yoandra Semaná Ortiz, vicerrectora de extensión universitaria de la UO, comparte que de los 4 070 alumnos matriculados en el Curso Regular Diurno (CRD), han declarado su condición de trabajadores a tiempo parcial 131, de los cuales 59 lo hacen en el sector estatal y 72 en el privado, o tienen sus propios emprendimientos.

“Estas cifras no son exactas, ya que dentro de su derecho, muchos no declaran ser trabajadores a tiempo parcial”.

La tendencia es que se contraten estudiantes que cursan carreras de las Ciencias Sociales, Humanísticas y Derecho, con respecto a los que se forman en las Ciencias Exactas, Naturales o ingenierías. “Y se debe, generalmente, a que los alumnos de este último grupo están más involucrados en actividades de preparación preprofesional relativas a problemas sociales y locales concretos”, agregó Semaná Ortiz.

En relación con la posibilidad de acogerse a esta modalidad, la vicerrectora apunta que “si bien emplearse es un derecho de todos los estudiantes, la solicitud se aprueba de forma diferenciada en las facultades, donde se exige que sea una ocupación a tiempo parcial, cuyos horarios se adecuen a la docencia establecida y no a la inversa. Su prioridad es el estudio”, recalcó.

Según el Dr.C. Freider Santana Lascaiye, vicerrector docente de la UO, la Casa de Altos Estudios “potencia la incorporación de los alumnos a los diferentes departamentos.

“En los últimos años ha aumentado la incorporación de los estudiantes de Ciencias Económicas al departamento Económico, los de Periodismo al de Comunicación, los de Informática en los laboratorios, y los futuros ingenieros industriales al Cenea”.

Además de estos espacios, existe también la posibilidad de que, aquellos que demuestren aptitudes, sean contratados como profesores en la misma universidad, categorizados como Auxiliar Técnico a la Docencia.

“También disponemos de otros puestos técnicos como Defensa y Seguridad que, al ser menos atractivos no son muy demandados -agrega y señala que-, por todas estas labores reciben la retribución económica correspondiente a las horas de trabajo”. Se conoció que la institución brinda la posibilidad de contratarse en sus diferentes departamentos.

Las motivaciones de los estudiantes para acogerse al pluriempleo varían en cada caso, no obstante, coinciden en la búsqueda de mayor solvencia económica y la realización profesional y personal. Por ejemplo, Sandra Boris, estudiante de tercer año de Periodismo contratada en el periódico Venceremos de Guantánamo, refiere que: “además del salario recibido, obtengo otros beneficios. En el periódico trabajo en el mismo campo en que me formo académicamente, y hacer periodismo es mi pasión”.

¿Y las notas?

Adrían Toledano Blanch, estudiante de tercer año de Derecho, contratado desde el curso pasado en la Fiscalía Municipal de Santiago de Cuba, demuestra con cifras que su rendimiento académico en el semestre en el que empezó a trabajar como asistente de juez, se mantuvo de acuerdo con su media. Entre otras habilidades, el joven afirma haber desarrollado “un mayor dominio de la oralidad, muy útil para exponer en clases y para mi futura profesión.

“Los educadores siempre le exigirán mayor preparación al estudiante que como yo trabaja en el campo que estudia. Y nosotros debemos también esforzarnos más que el resto de nuestros compañeros para poder sacar todo”.

Por otro lado, ocurre también que varios estudiantes muestran la decisión de cambiar al Curso por Encuentro si ven que el trabajo podría afectarles la docencia, lo que es aceptado y encauzado por la universidad al ser un derecho del alumno.

“La UO siempre respeta las decisiones de los estudiantes. Lo importante es que sean útiles y hagan algo productivo”, señala la Dra.C. Semaná Ortiz.

¿Qué dice la familia?

En más de un caso las familias muestran inquietudes sobre la pertinencia de llevar el estudio y el trabajo a la par. Algunas porque pensaban que no era necesario económicamente, y en otras porque temían que pudiera afectarles el rendimiento docente.

Aunque varios estudiantes a la larga contaron con el respaldo moral de sus padres y dispusieron del no menos necesario apoyo económico, declararon que “el salario no es suficiente para que la familia deje de mantenerme, aunque puedo costearme algunos gastos personales”.

Desde su experiencia, la vicerrectora de Extensión Universitaria, apuntó que “siempre ha sido una gran preocupación de los estudiantes el hecho de depender económicamente de los padres, y trabajar los posiciona en otro estatus, pero resulta muy difícil hacer ambas cosas si no se tiene el sostén familiar”.

Ventajas

Viéndolo desde la realidad en la Universidad de Oriente, el empleo en los estudiantes se proyecta hoy como una oportunidad para el alumno. Así, los que lo asumen profundizan en su formación profesional, satisfacen sus necesidades económicas y, al mismo tiempo, resuelven una necesidad social como puede ser, por ejemplo, colaborar como profesores en la Enseñanza Media.

Sin duda, el trabajo ayuda a la maduración de la persona, contribuye a ganar en organización y disciplina, y el estudiante experimenta la satisfacción de obtener un salario por su esfuerzo. Además, está acorde con el principio constitucional de que este sea la principal fuente de ingreso.

Su importancia mayor radica en que es una respuesta efectiva al desafío demográfico que enfrenta el país, dada la disminución de la población en edad laboral. Para esto, debe existir una adecuada comunicación entre el alumno, la universidad y el empleador, y los tres factores han de estudiar la ley, negociar y llegar a acuerdos beneficiosos para todos.

Sin embargo, lo ideal sería garantizar que los estudiantes empleados trabajen en el perfil que están estudiando, para que continúen superándose y aportando como fuerza activa, siempre respetando sus garantías laborales. Así el trabajo podrá convertirse en un beneficio real y garantizar una mayor preparación profesional de los universitarios.

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