La jornada no fue solo una distribución de recursos, sino una demostración de que ninguna comunidad, por intrincada que sea, queda abandonada. Representantes del Gobierno Municipal y trabajadores sociales emprendieron un viaje hacia localidades como Maibío y La Graciana, pertenecientes al Consejo Popular Maffo, lugares que soportaron con singular dureza el embate de los vientos y las lluvias. Llegar hasta allí significó sortear caminos dañados y ver de primera mano la huella del desastre, pero también la resiliencia de sus habitantes.
“No es solo un colchón, es la posibilidad de descansar, de tener un lugar donde recostar el cuerpo después de días de angustia”, comentó María, una de las beneficiadas, con la emoción a flor de piel, mientras recibía el auxilio. Junto a los colchones, se entregaron kits de cocina y de aseo personal, elementos esenciales que buscan restablecer un mínimo de normalidad y dignidad en la vida cotidiana de estas familias, cuyas viviendas y enseres resultaron severamente afectados.
Los damnificados, a pesar de las pérdidas, expresaron su gratitud por la celeridad y el compromiso de las autoridades y los trabajadores sociales, quienes no dudaron en adentrarse en estas comunidades para tender una mano amiga.
Esta acción representa el primer paso, crucial y conmovedor, en el largo camino de recuperación que enfrenta este territorio. El gesto de este martes deja una certeza: en los momentos más difíciles, la unidad es el cimiento más sólido para sanar las heridas y reconstruir lo perdido.