Para disminuir las incidencias es imprescindible que las personas cumplan con las medidas higiénicas en el hogar, el centro laboral y la comunidad. La principal fuente de contaminación en una cocina son los alimentos. Por ello, se recomienda no adquirir productos de dudosa procedencia, que estén expuestos a temperatura ambiente o contengan huevos crudos.
Además se hace especial énfasis en que las frutas, vegetales, carnes y viandas se laven con agua corriente y conserven en depósitos cubiertos dentro del refrigerador para evitar su contaminación con otros alimentos. Asimismo es fundamental la cocción a altas temperaturas con el propósito de destruir los elementos dañinos. La limpieza de las mesetas, estantes, refrigeradores, utensilios, toallas, es una de las maneras de prevenir la infección bacteriana.
También se aconseja lavar las manos con abundante agua y jabón antes y después de preparar los alimentos, posterior al uso del baño, de atender animales y en todas las ocasiones que así lo requieran.