A esto se suman los problemas con las redes y sistemas hidráulicos -salideros y roturas de los equipos-; el déficit de generación de electricidad que imposibilita un bombeo continuo; la disponibilidad de camiones cisterna (pipas) que no suple la demanda; así como incontables indisciplinas hacia las redes, y desproporción de los ciclos entre un sector y otro; “en mi zona hubo agua durante tres días seguidos y en otra apenas una hora”, comentó Roberto Fernández Rosillo.
“Lo poco que ha llovido dista mucho de las fuentes de abasto. La situación es crítica con Charco Mono fuera de servicio al 8.8 % de su capacidad; Gilbert al 13%; Parada al 16 %; Gota Blanca al 18.3 % y Chalons muestra un nivel de solo el 31.4 %. No podemos dejar de mencionar que con el Trasvase Mogote estamos conduciendo el agua desde la presa Carlos Manuel de Céspedes, a decenas de kilómetros al noroeste de la ciudad y que está al 68.5% de llenado”, detalló Katia Alarcón Méndez, directora de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico.
La Primera Secretaria del Partido, Beatriz Johnson Urrutia, y el Gobernador, Manuel Falcón Hernández, lideran las acciones para enfrentar la sequía y mitigar sus efectos; se realizan importantes inversiones y procesos de rehabilitación de redes y sistemas, con el necesario apoyo de la dirección del país, en la figura de la Viceprimera Ministra de la República, Inés María Chapman Waugh, y del Presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez Rodríguez.
Mucho tiempo, poca agua
Los 32 sectores hidrométricos tienen ciclos muy dilatados, “en Chicharrones no tenemos desde hace cuatro meses, y hay quienes tienen que comprar 20 litros de agua a 400 pesos y las pipas cuestan lo que pidan”, manifestó Liurkis Hechavarría Ferrer, cuyo hijo padece de varias enfermedades y que no tiene los recursos financieros para acceder, de la manera descrita, al preciado líquido.
Desde mayo quienes residen en la circunscripción 159, en el reparto Santa Bárbara no recibían el recurso hídrico, “tal parece que algo impedía que el agua mediante las redes se canalizara desde Madre Vieja, por lo que solo teníamos agua mediante los camiones cisterna, priorizando a las familias más vulnerables; finalmente nos llegó cuando agosto estaba concluyendo”, dijo Yunior Estrella Ladrón de Guevara, delegado de la demarcación.
En el centro de la urbe el panorama ha sido extremadamente difícil, Orlando Lahens Santana precisó que tuvo agua “casi 40 días después del último servicio, que apenas sirvió para llenar los depósitos, y en esta área no hay de donde cargar. Sin corriente se puede vivir, pero sin agua...” No obstante, los camiones cisterna “están en constante movimiento, comenzamos en horas tempranas de la mañana y no tenemos hora de retorno; la prioridad son los hospitales, centros de servicios imprescindibles, y las comunidades y familias más necesitadas; tristemente no damos abasto para tanta demanda”, aseguró Alberto Montero Vera, chofer con 34 años de trabajo ininterrumpido en el sector.
En el poblado de Boniato, “son muchísimos los salideros y también el despilfarro, es un problema que nos compete a todos desde lo que corresponde a cada cual”, denunció Luis Hechavarría Quintana, residente en la localidad.
De las 106 instalaciones para la distribución de agua, “solo 19 cuentan con grupos electrógenos de emergencia y el déficit de generación del Sistema Eléctrico Nacional imposibilita la continuidad del proceso de bombeo y rebombeo. En el Sistema Parada se está creando un campo de pozos que contará con paneles solares fotovoltaicos, como parte de nuestra inserción en el cambio de la matriz energética”, aseveró Orlando Romero Veranes, director de ingeniería de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAA) Aguas Santiago.
Lo escabroso del asunto -que pasa por añejas irregularidades-, también se condiciona “por la lentitud a la hora de atender las quejas, como la de un salidero inmenso que está en Calle A del reparto Mariana de la Torre”, resaltó una vecina del lugar: “el ornato público se afea, siendo propicio para accidentes del tránsito”, añadió Irán Medina Somber.
En Ciudamar, “transcurren meses sin agua, solo mediante las pipas que primero atienden a los vulnerables; yo la recibí en varias ocasiones y la delegada de mi circunscripción estuvo al tanto”, refirió Jesús Quezada López.
“Los salideros brotan del asfalto y persiste la desproporción de los ciclos entre un área y otra del propio reparto Sueño; los cobradores de Aguas Santiago vienen una vez al año a dar el importe del consumo que prácticamente no existe”, manifestó Manuel Castillo Blanco, vecino de Calle 6.
En el centro urbano Sierra Maestra -donde están los 18 plantas de la Avenida Garzón-, “el servicio se ha garantizado pero el llamado al ahorro es constante. En el edificio Batalla de Uvero, por ejemplo, la cisterna sufrió derrumbe desde hace cinco años y es muy complicado acceder al agua cuando no está disponible en las redes”, advirtió Maira Mendoza Rojas en marzo.
El deprimido Sistema Quintero -que abastece al 80% de la población de la ciudad-, está operando sobre el 50% de su capacidad de entrega, “imponiendo mayor rigurosidad a la hora de distribuir”, añadió Romero Veranes.
Una situación que amerita acciones concretas
“Con la adquisición de baterías y neumáticos ha mejorado la disponibilidad de su parque de pipas hasta 17 -de una treintena-, gracias a la colaboración de otras pertenecientes a diversos sectores, y el apoyo de cinco equipos procedentes de La Habana”, manifestó Ludmila Rodríguez Barroso, directora general de Aguas Santiago.
El Gobierno del municipio de Santiago de Cuba tiene un grupo de trabajo permanente para atender la contingencia, los presidentes de los Consejos Populares, los delegados -que en sus demarcaciones están investidos de la más alta autoridad-, y el resto de los factores protagonizan la estrategia que ya ostenta resultados concretos, pero todavía insuficientes, incluso con los altos consumidores de agua.
“Se trabaja en la supresión de salideros en las conductoras; el cambio de válvulas; el enfrentamiento al robo de metrocontadores, que ya suman unos 4 000; se prioriza el servicio a centros vitales; está en proceso de puesta en marcha la inversión en el rebombeo de Campo de Tiro, perteneciente al Sistema San Juan; se adquirieron equipos nuevos para los pozos uno y dos de la Refinería, la desalinizadora de Boca de Cabaña, con el objetivo de quitarle carga al Sistema Parada, y con un tercer equipo para lograr entonces que el agua de Parada vaya a Quintero”, precisó la Directora General.
Chapman Waugh, insistió en que hay que recuperar el esquema operacional concebido para el acueducto de la ciudad, “concediéndole valor de uso a lo construido, siempre en unidad y con una perspectiva multifactorial”.
Más allá de las labores que hoy se ejecutan en las redes y sistemas hidráulicos, la génesis del asunto pasa por la innegable depresión de las fuentes de abasto, los déficits del SEN y el casi invisible cambio de la matriz energética en las estaciones de bombeo de Aguas Santiago, así como la poca comunicación institucional de la entidad que tiene que aprovechar al máximo las redes sociales e internet, los medios de comunicación y, sobre todo, el vínculo con las comunidades y sus factores.
El ahorro es imprescindible, también el ser consecuente con los que carecen de agua; “los que tienen turbinas absorben el agua sin tener en cuenta los que no tenemos”, aludió Lídice Alemán Pérez. Se han dado numerosos casos de vecinos que obstruyen las redes para garantizar que les llegue el líquido con fuerza, sin tener en cuenta la necesidad ajena.
El control popular, liderado por los delegados y el resto de los factores de la comunidad debe aumentar, asimismo las acciones de la Dirección de Inspección y los órganos competentes. La premisa es actuar “con sentido de urgencia y con la calidad requerida, en función de resolver los problemas y reducir el agobio que la falta de agua ocasiona a la sociedad y a la economía”, tal y como indicó, hace varios meses, la Viceprimera Ministra de la República.