En la madrugada del 2 de diciembre de 1956, un grupo de jóvenes liderados por el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, desembarcaron en una zona de manglares en Las Coloradas, apartado rincón de la actual provincia de Granma.
Los expedicionarios habían comenzado la travesía desde el puerto de Tuxpan, en México, el 25 de noviembre, a bordo del Granma, un yate construido en 1943, que contaba con una eslora de 19,25 metros y apenas cinco de manga, por lo que tenía capacidad para alrededor de 20 personas, sin embargo llegó al Oriente del país con su preciada carga, eran 82 expedicionarios.
El desembarco se produjo en las primeras horas de la mañana del 2 de diciembre en condiciones muy difíciles, entre mangles, ciénaga y yerba de cortadera. De ese modo comenzarían su camino a las montañas de la Sierra Maestra, pero tres días después, el 5 de diciembre, fueron sorprendidos en el lugar conocido como Alegría de Pío, fecha en que se dejó escuchar el grito de Juan Almeida Bosque ¡Aquí no se rinde nadie c…..! convirtiéndose ese día en su bautizo de fuego.
El desembarco debía producirse el 30 de noviembre para hacerlo coincidir con el Levantamiento Armado de Santiago de Cuba, encabezado por Frank País, que pretendía desviar la atención de las fuerzas militares para que éste se produjera sin contratiempos. Sin embargo, fracasado el plan, los expedicionarios se vieron asediados por el ejército y la aviación batistianas y, a duras penas y con fuertes pérdidas, lograron llegar a la Sierra Maestra.
Los jóvenes se unieron y de ahí surge el Ejército Rebelde que combatió a la dictadura en las montañas del oriente de la isla hasta el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, por tal motivo, el 2 de diciembre, Cuba celebra también el Día de las FAR.