Después de 37 años trabajando en el Departamento de Redacción como correctora de prensa, ha dejado su huella en cada edición impresa de Sierra Maestra, en la página web, en la sección Entre Nosotros, en la que con consejos de belleza y cocina invita a los lectores a regresar cada sábado.
Su trabajo podría parecer anónimo, pero detrás del crédito de cada periodista están la experiencia, la habilidad y la destreza adquiridas para hacer de los textos periodísticos una propuesta diferente por su estilo de redacción y uso del lenguaje.
Los más cercanos a ella la conocemos como una persona de poco hablar, elegante y sencilla al vestir, muy ecuánime, aun en momentos de mucha tensión de trabajo, capaz de transmitir seguridad y la confianza de que “todo saldrá bien”.
Mary, como cariñosamente le decimos, es una madre amorosa, una abuela dedicada, capaz de conjugar su tiempo con el horario del trabajo periodístico y la familia.
Nuestro colectivo tiene la satisfacción de haber compartido altibajos, alegrías, anécdotas, momentos duros y felices, porque nos hemos convertido en una gran familia.
Esa es una de las razones por las que María Elena no se retira del todo. Ella ha elegido seguir junto a nosotros, degustando el cafecito de los viernes, el agobio del horario de cierre, la responsabilidad de que no salgan errores, de las largas jornadas laborales y la ansiedad por concluir la faena con éxito.
Con la decisión de recontratarse, ratifica que después de formar parte del colectivo de Sierra Maestra, es muy difícil romper los lazos que nos unen.