
Orlando Guevara Núñez
El odio demencial del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, lo lleva a posiciones ridículas no creíbles ni por los creadores del disparate. Podría decirse mejor: posiciones desesperadas, impotentes, nacidas de la frustración y la derrota.
Bien de cerca presenció nuestro Martí los procesos eleccionarios presidenciales en los Estados Unidos. Y dedicó varios espacios periodísticos a su análisis.
Con frecuencia, los enemigos de la Revolución repiten su gastado epíteto de “la tiranía de los Castro”. Es una campaña que inunda al mundo. Mas, en lugar de credibilidad, ganan el rechazo de millones de personas; y el ridículo crece en magnitud.
“Esta es nuestra Revolución, es la Revolución de todos, y este Primero de Mayo será nada más que el inicio de todos los primeros de mayo que se sucederán, en los cuales las fuerzas armadas del Ejército y las fuerzas armadas del pueblo desfilarán codo a codo, como ha sido hoy por primera vez en la historia de la Patria cubana”.
Los días previos, durante y después de la Huelga del 9 de abril de 1958, en Santiago de Cuba, marcan una etapa importante en el desarrollo del periódico Sierra Maestra en la clandestinidad, sobre todo en la impresión y distribución. Fue, sin dudas, la etapa más convulsa de la prensa clandestina en esta provincia. Ese acontecimiento está grabado en la historia de esta ciudad.
La prueba más contundente de la fortaleza de la Revolución cubana es que en 66 años de vida, el imperio brutal y genocida yanqui, a solo 90 millas de nuestras costas, no ha podido exterminarla.