Orlando Guevara Núñez
Este pensamiento de José Martí es una clara demostración de su concepto sobre la verdadera democracia: el poder supremo no es de los elegidos, sino de los que eligen. Esta lección martiana tiene fuerza de presencia en el actual proceso de rendición de cuenta del Delegado a sus electores , porque esclarece un concepto para algunos no bien entendido, aunque hayan escuchado el enunciado: ¿Quién es, en una circunscripción, la máxima autoridad?
Decir que el bloqueo yanqui no es la causa principal de las dificultades económicas que hoy enfrenta nuestro país, es como coger a una persona, atarla de pies y manos, amarrarle una soga al cuello con una piedra atada al otro extremo, lanzarla al mar y después afirmar que se ahogó porque no sabía nadar.
Al conmemorarse en este agosto un nuevo aniversario de la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas, viene a la mente el recuerdo de tres mujeres santiagueras que, en distintos días y años, dejaron de existir físicamente en este mes, aquí, en Santiago de Cuba.
El 17 de agosto de 1870, fue fusilado en Santiago de Cuba, por las autoridades coloniales españolas, el Mayor General del Ejército Libertador Cubano, Pedro Figueredo Cisneros (Perucho), autor del Himno Nacional cubano. Había nacido en Bayamo, el 18 de febrero de 1818.
El 16 de agosto de 1925, en una vieja casa de la calle Calzada, en el Vedado, La Habana, demolida tiempo después y donde hoy se erige la sala Hubert de Blanck, se fundó el primer Partido Comunista de Cuba. Ese día marcó un hito en la historia cubana. Las ideas marxistas, enlazadas con las martianas, irrumpían con más nitidez y fuerza en el escenario político, pese a la brutal represión y las calumnias de las clases dominantes, subordinadas en cuerpo y alma al gobierno imperial de los Estados Unidos.
Ha sido una constante, desde el mismo triunfo de la Revolución cubana, que los representantes del imperio norteamericano califiquen a Fidel como un destructor.