Santiago de Cuba,

Un héroe de dos patrias

03 August 2025 Escrito por 

En los campos cubanos, donde el sol quema con la misma intensidad con que arde el valor de los hombres, una figura cabalgó contra el colonialismo español: Henry Reeve, el “Inglesito”. Nacido en Brooklyn, Nueva York, en 1850, este joven de apenas 19 años abandonó la comodidad de su hogar para unirse a la lucha independentista, dejando una huella inolvidable en la historia de esta nación.

Reeve llegó a Cuba en 1869 como parte de la expedición del vapor Perrit, liderada por el general Thomas Jordan. Su primer encuentro con la crudeza de la guerra fue dramático: capturado y fusilado por los españoles, sobrevivió milagrosamente a cuatro balazos y escapó arrastrándose entre los cadáveres de sus compañeros . Aquel episodio, lejos de amedrentarlo, forjó su leyenda.

Bajo el mando de Ignacio Agramonte -El Mayor-, Reeve se convirtió en un estratega audaz. Participó en el rescate del brigadier Julio Sanguily, una hazaña donde 35 jinetes derrotaron a 120 soldados españoles, y ascendió rápidamente por su “valor temerario y dotes de mando”, como lo describió Máximo Gómez .

En 1873, una bala de cañón le destrozó la pierna derecha en Santa Cruz del Sur. Los médicos le advirtieron que nunca volvería a cabalgar, pero con una prótesis metálica y un arnés para sujetarse al caballo, regresó al combate. “Era un espectáculo sobrecogedor verlo avanzar, atado a la montura, como un centauro de acero”, relató el historiador Eusebio Leal Spengler .

El 4 de agosto de 1876, en Yaguaramas, Cienfuegos, Reeve cubría la retirada de sus hombres cuando fue alcanzado por múltiples balas. Derribado y rodeado, rechazó la ayuda de su ayudante Rosendo García:

¡Váyase, no se sacrifique por mí!. Con su revólver vacío y un machete en mano, usó la última bala para quitarse la vida antes de ser capturado. Tenía 26 años .

Hoy, el Contingente Henry Reeve, formado por valientes médicos cubanos que combaten pandemias en el mundo, lleva su nombre como símbolo de solidaridad.

En el lugar conocido como Cayo Inglés, entre Yaguaramas y Horquitas, se erige un monumento en su honor, mientras su historia inspira a quienes creen que “la Revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, se lleva en el corazón para morir por ella”, como dijo nuestro Che Guevara.

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M.Sc. Milagros Alonso Pérez

Licenciada en Periodismo. Máster en Estudios de Lengua y Discursos. Graduada de los posgrados de Gestión, Redacción y Publicación de Artículos Científicos en Ciencias Sociales y Humanísticas y de Gestión de Redes Sociales. Profesora Instructora de la Universidad de Oriente. Periodista del Sierra Maestra.

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