Santiago de Cuba,

Una llama que no se apaga

11 August 2025 Escrito por  David Alejandro Medina Cabrales (estudiante de Periodismo) y MsC. Milagros Alonso Pérez

Transcurría agosto de 1966, cuando un grito de unidad sacudió a La Habana durante el desarrollo del IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes. Era el nacimiento de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE), una plataforma que, desde su fundación el 11 de agosto, se convirtió en el motor de las luchas por una educación gratuita, de calidad y accesible para todos.

Hoy, al cumplir 59 años, su legado sigue vivo, bordado con las hebras de la resistencia, la solidaridad y la esperanza que Sheyla Ibatao Ruiz, Presidenta de la OCLAE y Secretaria de Relaciones Internacionales del Secretariado Nacional de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), describe como "la esencia de un movimiento que no claudica".

La OCLAE surgió en un contexto donde las políticas neoliberales y la injerencia estadounidense comenzaban a erosionar los sistemas educativos de la región. Desde entonces, ha sido un muro de contención contra esas fuerzas, articulando las voces de 23 países para defender no solo derechos estudiantiles, sino también la justicia social y la soberanía de los pueblos.

"Nuestros principios -humanidad, sensibilidad y empatía- nos obligan a no ser espectadores, a solidarizarnos con cada una con las problemáticas que tienen cada una de las organizaciones en los países", dijo Ibatao Ruiz, recordando cómo la organización ha acompañado las batallas contra el autoritarismo, como las vividas en Colombia con el asesinato de Dilan Cruz en 2019, o las históricas protestas en Brasil bajo la dictadura militar.

En estas casi seis décadas, la Organización ha sido testigo y protagonista de cambios profundos. Desde su apoyo a la democratización educativa en los años 60, hasta su rol en las movilizaciones contemporáneas contra el mercantilización de la educación, como las lideradas por estudiantes chilenos o colombianos.

"El neoliberalismo quiere vernos fragmentados, pero nosotros respondemos con unidad, con firmeza, con valentía, no nos damos por vencidos, no claudicamos", afirmó la Presidenta de la OCLAE, subrayando cómo esta ha resistido incluso en momentos de represión, como la "Noche de los Bastones Largos" en Argentina en 1966, cuando la dictadura militar atacó a la universidad pública.

Para las nuevas generaciones, el mensaje de la OCLAE es claro: "La batalla es fuerte, pero la juventud es el motor". Sheyla insiste en que no hay espacio para el desaliento. “Somos los arquitectos del futuro -dijo-, con las armas de la conciencia y la valentía.

Este aniversario nos obliga a no olvidar que, como en 1966, los estudiantes siguen siendo "la esperanza de América Latina", como coreaban los jóvenes colombianos en las calles de Bogotá .

Este 11 de agosto, la OCLAE sopla 59 velas en un continente que aún lucha por sus sueños. Como escribió un día el poeta Roque Dalton, también militante de las causas justas: "La vida no tiene precio, se defiende con la vida misma". Y es esa defensa, encarnada en cada asamblea, en cada marcha, en cada aula ocupada, es la que asegura que la llama de 1966 nunca se apague. Porque mientras haya estudiantes con utopías, habrá futuro.

  • Compartir:

Escribir un Comentario

We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree