Los ocho estudiantes, si bien eran inocentes de la profanación de la tumba del periodista español Gonzalo de Castañón, se instauran como símbolo de rebeldía del pueblo cubano contra el gobierno ibérico durante la Guerra de los diez años, y representan las tradiciones de lucha del estudiantado cubano a lo largo del devenir histórico.
Sepultado en el habanero cementerio de Espada, la tumba de Gonzalo Castañón devino #santuario de la reacción española. Sin pruebas ninguna, fueron acusados, un aula completa de 45 estudiantes, de la profanación de la tumba y son llevados a juicio.
Fusilados:
* Anacleto Bermúdez y González de Piñera (edad 20 años) Carlos Augusto de la Torre y Madrigal (edad 20 años) Eladio González Toledo (edad 20 años) Carlos Verdugo y Martínez (edad 17 años) Juan Pascual Rodríguez y Pérez (edad 21 años) Ángel Laborde y Perera (edad 17 años) José de Marcos y Medina (edad 20 años) Alonso Álvarez de la Campa y Gamba (edad 16 años)
Años después, Fermín Valdés Domínguez, logra que un hijo de Castañón reconociera que el nicho de su padre no tenía señal de haber sido abierto ni lastimado. Gracias a sus incansables gestiones se localizó el lugar donde estaban enterrados sus compañeros asesinados – hasta entonces desconocido- y se erigió por petición popular, un magnífico panteón en el Cementerio de Colón.
En el también yacen los restos de Fermín Valdés Domínguez y el Capitán español Federico Capdevila, el valeroso defensor de los jóvenes cubanos.