Santiago de Cuba,

El inolvidable Frank

29 July 2025 Escrito por 

Es 30 de julio, pero no es una fecha cualquiera del almanaque, es el Día de los Mártires de la Revolución. Habían sido asesinados dos jóvenes hijos de esta tierra: Frank País García y Raúl Pujol Arencibia.

Ellos eran valientes, capaces, prometedores, en la flor de la vida, con muchos planes personales y sociales.

Aunque es imposible resumir en un solo hombre el valor, las virtudes y la grandeza de los millares de luchadores revolucionarios que dieron la vida en el enfrentamiento a la tiranía batistiana, en Frank se resumían muchas de las virtudes de todos los caídos.

Al dedicar este día a los mártires de la Revolución se tuvo en cuenta la inteligencia, la nobleza, la sensibilidad y la riqueza humana de Frank y de todos los que murieron en la etapa prerrevolucionaria.

Recurro a una narración de Vilma Espín en el libro El fuego de la libertad, que nos traslada a ese momento inolvidable: “Esa tarde fue tremenda (…) Frank estaba tirado en medio de la calle y todo el pueblo se fue arremolinando (…) Había una irritación popular tremenda. Frank muerto y Santiago hervía”.

Hay hechos en la historia de Cuba que desde que somos pequeños los escuchamos primero, y después los estudiamos. Este además nos permite trasladarnos en la máquina del tiempo, sí porque desde entonces, generación tras generación, el pueblo de Santiago de Cuba, de manera consciente, marcha como aquel día hasta el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, en silencio, con banderas cubanas, del 26 de Julio, y los pétalos de las rosas que desde los balcones se unen a la conmemoración, como ejemplo fiel de que Cuba no olvida a sus mártires.

En esa manifestación de pueblo, muy espontánea por cierto, todos están unidos por el mismo sentimiento, el tributo a Frank y a esa generación que es y será símbolo de los que se sacrificaron a cambio de nada.

Frank País, y la ciudad de Santiago de Cuba, dijo Fidel, se convirtieron en el primer punto de avanzada de la eficiente retaguardia, en que se transformó luego todo el pueblo de Cuba, en apoyo al núcleo guerrillero.

No hay mejor manera de recordar a este joven que vio trunca su vida a los 22 años, que mediante estas palabras del General de Ejército Raúl Castro: “…Frank tenía la talla de un auténtico político, la madurez de un luchador avezado, el fogueo combativo de un veterano, la tenacidad de un hombre convencido y la valentía personal de un combatiente de la primera línea. Recto en los principios, organizado y exigente, de una modestia proverbial, valiente hasta la temeridad y de una intuición poco común, era el tipo de hombres que penetran hondo y definitivamente en el corazón del pueblo”.

Sí, es muy cierto, él penetró en el corazón de su pueblo, por eso su huella está y estará por siempre, como la del hijo que se marcha físicamente muy joven, pero que queda grabado como el inolvidable Frank por su aporte a esta gran obra.  

 

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Olga Thaureaux Puertas

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