Santiago de Cuba,

Prevención de enfermedades urocancerígenas en Santiago de Cuba

24 March 2025 Escrito por 

El Dr. Ismael Leblanch Hernández, especialista de primer grado en Urología y profesor asistente con más de 30 años de experiencia, recuerda cómo en 1995, tras graduarse, asumió la reapertura del servicio en Santiago de Cuba, que había quedado debilitado tras la partida de colegas. Junto al Dr. Rafael Cordiez, ya fallecido, sentaron las bases de un trabajo que hoy continúa con nuevos especialistas como el Dr. José Miguel y la Dra. Meryn Alonso.

"Es una rama de la especialidad que específicamente no es catalogada como un cáncer, sino que son un grupo de padecimientos urológicos. Nos hemos dedicado a la atención del cáncer urológico en la provincia, labor que anteriormente desarrollaba un par de urólogos, pero sin una proyección integral, sino más bien polarizada a la cirugía.

"Cuba no escapa el fenómeno mundial de la aparición de enfermedades malignas en el tracto urológico. La principal localización es el cáncer de próstata, una de las enfermedades que más pacientes atiende nuestra consulta y que cobra la mayor cantidad de vidas".

El especialista destaca que muchos hombres no acuden al urólogo hasta que la enfermedad avanza: "Esta afección puede ser asintomática por mucho tiempo o presentar signos como dolor óseo, impotencia o eyaculación con sangre, que el paciente no asocia al cáncer. Incluso con un antígeno prostático específico (PSA) normal, el riesgo existe. Cuando el PSA se altera, ya las opciones son limitadas".

El Dr. Leblanch enfatiza la necesidad de romper tabúes: "Los hombres evitan las consultas preventivas. No hay cultura de chequeo, a pesar de antecedentes familiares o hallazgos ecográficos sospechosos. El cáncer de próstata no tiene factores de riesgo tan claros como el cáncer cérvico-uterino, pero su impacto es devastador, especialmente en una población envejecida".

Sobre otras enfermedades, alerta: "El cáncer de pene, vinculado al virus de papiloma humano (VPH), está en ascenso en jóvenes. La falta de higiene, la fimosis (imposibilidad de retraer la piel más allá del glande) y las infecciones de transmisión sexual son factores evitables.

También el consumo de alcohol y tabaco, principales culpables del cáncer de vejiga, segunda causa de morbilidad en urología.

"La batalla no la ganamos los urólogos; se gana en las áreas de salud. El médico de familia debe estar capacitado para detectar señales tempranas. Si no hay recursos para campañas masivas, al menos debemos promover la educación: vida sexual protegida, evitar el tabaco y el alcohol, y chequeos regulares después de los 50 años.

"El cáncer de pene es prevenible; el de próstata y vejiga, manejables si se detectan a tiempo. Necesitamos más conciencia: un diagnóstico temprano salva vidas. La tecnología ayuda, pero lo esencial es la actitud humanista del médico y la colaboración del paciente", puntualizó.

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Daniela Verdecia Castillo

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