El también líder del proyecto SonEros, iniciativa que justiprecia el disco de vinilo por su valor patrimonial, le habló a su auditórium –compuesto en su mayoría por estudiantes de preuniversitario– sobre la historia del Son, acunado en la región oriental, y sus diferentes variaciones hasta llegar a la actualidad.
López habló de que las leyendas musicales de hoy, dígase Matamoros, Ñico Saquito, Benny Moré, entre otros, fueron los protagonistas del panorama sonoro del ayer, de las fiestas de los jóvenes, y plasmaban su arte en el soporte de aquel entonces: el disco de vinilo.
“Esos discos de vinilo, quedaron en la casa cuando aparecieron los casetes, luego los discos compactos, y hoy es la memoria flash, los servicios de reproducción en línea, o el mismo móvil. Pero los viejos discos de vinilo, como soporte, tiene un valor, es un sonido analógico, era un sonido real, no era generado digitalmente, al punto que hoy algunos artistas en la contemporaneidad han regresado a los discos de vinilo. La segunda razón es que este disco está protegido por una carátula, de promoción del vinilo, y siempre ha sido un elemento de diseño de gran valor”, acota.
En relación al Son, género al que se dedica la expo que ahora mismo está abierta al público en casa Dranguet, López significó que es uno de los elementos que representa la cultura cubana a nivel mundial, al mismo nivel que el tabaco, por ejemplo, y explicó que nació en las montañas de la región oriental y se irradió a toda la isla y más allá de las fronteras nacionales.
A los alumnos ahí presentes, acotó que muy cerca del preuniversitario Rafael maría de Mendive se restaura una antigua edificación donde estará la sede del proyecto SonEros y que será un centro de interpretación de la música, para visibilizar el rico patrimonio sonoro cubano, y entre otros aspectos, se reverenciará el Son.
La Casa Dranguet (Centro de Interpretación de la Cultura del Café) ha acogida, en reiteradas ocasiones, diversas exposiciones con discos de vinilo como una manera de sensibilizar a las personas en la necesidad de preservar el legado sonoro cubano plasmado en este tipo de soporte.
La muestra, que forma parte de un conjunto de acciones para recordar y rendir tributo a la figura de Alberto Muguercia en el aniversario 95 de su natalicio, está organizada por el proyecto SonEros y la Casa Dranguet, ambos de la Oficina del Conservador de la Ciudad, y el Museo de la Música Pablo Hernández Balaguer, perteneciente al Centro Provincial de Patrimonio Cultural.