La ocasión se produjo, recientemente, durante la presentación del libro (en formato digital) Historias de Rebeldía, una compilación de investigaciones sobre la lucha insurreccional (1953-1959) realizada por los historiadores Frank Josué Solar Cabrales y Odalys Marqués Marqués. El texto, que propone al lector el análisis de expertos sobre sucesos y personalidades fundamentales de la Guerra de liberación nacional, concitó el interés de estudiantes y profesores de la Facultad de Estomatología de la Universidad de Ciencias Médicas, quienes disfrutaron los testimonios de los combatientes de la lucha clandestina en Santiago de Cuba.
Los veteranos contaron algunas de sus vivencias como miembros de la célula de acción de los hermanos Díaz.
A Campos Miguel, que en aquellos tiempos era conocido entre sus amigos como Risotada, está dedicado uno de los textos compilados: “El incapturable Risotada”. Se trata de un artículo, a cargo del investigador Noel Borrero Rodríguez, que resalta su participación en diversas acciones revolucionarias. Se dice que el entonces adolescente apodado por Frank País “The Little Field” (en español Campito), era asiduo en las tánganas o manifestaciones estudiantiles antibatistianas, pintaba carteles contra la dictadura, incendió más de un vehículo, preparaba petardos y acompañó a Frank en acciones previas al levantamiento del 30 de Noviembre, entre otras actividades.
Sin dudas, uno de los atractivos de su historia es que logró escapar en más de una ocasión de las fuerzas policiales de la tiranía.
“Este imberbe luchador revolucionario nunca fue capturado, torturado ni enjuiciado por los órganos represivos de la dictadura, bien por la rapidez de sus piernas, bien por la suerte que le acompañó durante esos años. Era incapturable”, refiere Borrero Rodríguez.
Guillermo Jiménez Varona es autor de la ponencia La primera compañía del escuadrón Hermanos Díaz en la huelga de abril de 1958, también contenida en “Historias de Rebeldía”.
Con el sello insustituible del testimonio, el escrito nos acerca al accionar de las milicias del Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba, y en especial a las misiones de apoyo a la Huelga del 9 de Abril, en las que fueron asesinados al menos 19 jóvenes.
Durante la presentación, el combatiente contó al auditorio sobre arriesgadas misiones: la interrupción del tránsito en la Carretera Central y entre Melgarejo, El Cobre y Santiago; el cierre de comercios y otros establecimientos. Además, explicó la importancia de los escuadrones revolucionarios que asumían el ajusticiamiento de esbirros batistianos, atentados contra objetivos económicos del régimen, la voladura de postes del tendido eléctrico y baterías de transformadores, entre otras tareas.
“Estas acciones -aseguró- se realizaban prácticamente sin armas, lo que hacía de su cumplimiento una verdadera proeza.”
Ambos combatientes ofrecieron su visión de la sociedad cubana y la realidad de los santiagueros en la Cuba de los años ‘50 del siglo XX. Resaltaron la pobreza en que vivía la mayoría de las familias, así como las dificultades para acceder a los alimentos, la Educación y la Salud.
Según los compiladores, Historias de Rebeldía es el primer libro emanado de los debates del Taller científico nacional Visión múltiple de la lucha insurreccional, y cuenta con los aportes de investigadores de varias provincias del país. En sus páginas se recoge una amplia aproximación a la importancia de la mujer en el desarrollo de la lucha por la emancipación definitiva y se exponen “perspectivas novedosas y polémicas acerca de aspectos de la insurrección que no son usualmente abordados”.
A juicio de esta reportera, ofrece al lector la oportunidad de reencontrarse con las tradiciones de lucha y patriotismo que distinguen la identidad del pueblo santiaguero. Es la posibilidad de asomarnos a una historia que nos pertenece, no solo a través de acontecimientos ampliamente estudiados y difundidos, sino desde sucesos aparentemente menores, que también impulsaron el avance de la insurrección y condujeron al triunfo de la Revolución Cubana.
“Historias de Rebeldía” es un magnífico pretexto para volver a nuestras esencias.